Talgo era el acompañante sobrevenido en la cumbre entre los gobiernos central y vasco reunidos ayer en La Moncloa para escenificar la transferencia a Euskadi ... de un primer paquete de medidas vinculadas a la gestión de la Seguridad Social. Era relevante, no solo para los intereses de la comunidad que encabeza el lehendakari Pradales sino para los del conjunto del país dado lo que representa la continuidad en manos propias de la compañía ferroviaria, que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales confirmase su apoyo a la misma con 75 millones de euros. Todo, en un momento crítico para las finanzas de la empresa. El acuerdo anunciado por Imanol Pradales «encauza» la participación del Estado para hacer «viable» la operación y desbloquear la venta a Sidenor a fin de atar el arraigo de Talgo, pretendida por intereses extranjeros. El pacto tuvo otra consecuencia, esta política, que fue escenificar el entendimiento entre los dos ejecutivos; o, lo que es lo mismo, entre Sánchez y sus socios del PNV en un trance delicado de la legislatura por las causas por corrupción. Aunque no suficiente como romper una alianza que sigue amarrando a los peneuvistas al futuro del presidente.
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