Al dar luz verde al castigo redoblado a Gaza, ahora para tomar la capital y forzar el desplazamiento de un millón de palestinos ya desarraigados, ... el Gobierno israelí trata de exprimir la vía marcada después de los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Un camino por el que Tel Aviv promete terminar con la resistencia armada en la Franja y recuperar a los rehenes todavía en poder de la milicia. Casi dos años después, solo los periodos de alto el fuego han permitido devolver a sus familias a los secuestrados. Treguas que Benjamin Netanyahu violó de manera sistemática para imponer el bloqueo del territorio ocupado, los asesinatos en las colas para conseguir alimento y las muertes por hambre. La decisión del primer ministro de continuar con una ofensiva a largo plazo tiene también un coste cada vez mayor para su país. La movilización de 60.000 reservistas y la extensión del servicio de otros 20.000 ya en activo tensionará al límite las costuras de un ejército reticente a una opción fracasada. Solo el apoyo político y financiero de Donald Trump permite a Netanyahu encabezar el delirio de sus fanáticos socios ultras, frente al creciente aunque impotente clamor internacional.
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