La presión de los independentistas catalanes sobre el Gobierno de Pedro Sánchez y el alejamiento de Podemos del bloque de investidura perfilan un otoño político ... en el que, como advirtió Carles Puigdemont, pasarán cosas. Fallidos los últimos contactos entre los mediadores socialistas y el expresident fugado para garantizarse su apoyo a unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, la legislatura puede convertirse en un ciclo de hibernación. Sin el apoyo de los socios, el Gobierno no podrá sacar adelante, no solo los PGE, sino las nuevas leyes como la reforma de la carrera judicial y fiscal o la reducción de la jornada laboral. Junts y PSOE parecen más alejados que nunca por el endurecimiento de las condiciones de la formación catalana en cuestiones de inmigración y lengua y las dificultades socialistas de ceder más poder en Cataluña, si no quiere perder terreno en el resto de las comunidades. Con todo, no parece que en el horizonte se perfile el apoyo de Junts o Podemos a una operación de adelanto de elecciones. Esa dinámica paralizante no es aceptable en un país que requiere de seguridad política y pactos estables para afrontar los retos socioeconómicos más urgentes. La congelación de la acción de Gobierno dejaría libre el terreno a la lucha política centrada, sólo, en los casos de corrupción derivando a los tribunales el centro de gravedad de la política nacional.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión