Ejercito de Israel en la frontera de Gaza. EFE

Gaza: Hamás tampoco es inocente

Israel y Netanyahu se enfrentan a la opinión pública internacional con los excesos militares que están cometiendo en la guerra de Gaza y es inevitable reconocer que buena parte de culpa tienen, pero muy lejos de ser los únicos

Miércoles, 13 de agosto 2025, 00:19

Israel y su primer ministro, Benjamín Netanyahu, enfrentan a la opinión pública internacional con los excesos militares que están cometiendo en la guerra de Gaza. ... Y es inevitable reconocer que buena parte de culpa tienen, pero muy lejos de ser los únicos. Tampoco Hamás, la milicia terrorista que enfrentan puede ser admitida en el análisis global de la contienda como inocente. Basta recordar su trayectoria de provocación y agresión para reconocer también su parte y no pequeña de culpabilidad.

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Cuando, tras los acuerdos de Oslo (1994) entre israelíes y palestinos se creó la llamada Autoridad Palestina con capital en Ramala e integrada por los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza, separados por 45 kilómetros, surgió una esperanza de entendimiento entre ambas partes: una posible y factible solución al problema que parecía imposible resolver. En los primeros meses incluso se barajó la idea de crear fórmulas para la intercomunicación terrestre entre ambos territorios.

Era una solución factible que ambas partes aceptaban, aunque por parte Palestina sólo como etapa de tránsito para la creación de su Estado independiente. El proyecto no tardaría en frustrarse en medio de frecuentes incidentes y, especialmente cuando surgió Hamás, una organización promovida y patrocinada por Irán que rechazaba el acuerdo tutelado por los Estados Unidos y ampliaba sus exigencias de liquidar a Israel y, como rezaba su slogan, expulsar a los judíos al mar.

En las elecciones en los territorios que abarcaba la Autoridad Palestina, que estaba siendo administrada bajo principios democráticos, el partido Fatad obtuvo la mayoría absoluta y su líder, Mahmoud Abbás, fue proclamado presidente, cargo para el que fue reelegido en 2023 y sigue desempeñando en la actualidad. En el hervidero humano de Gaza, más de dos millones y medio en 365 kilómetros cuadrados, la demagogia de Hamás enseguida se hizo con el poder, rompió la dependencia con la Autoridad Palestina y, bien dotada de armas modernas, enseguida emprendió por su cuenta la guerra contra Israel.

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Aunque muchos gazatíes tenían trabajo en lugares fronterizos, las provocaciones con drones contra localidades israelíes y la inmediata respuesta con bombardeos sobre la Franja se mantuvieron de manera intermitente desde entonces. Estos incidentes cobraron especial gravedad cuando la noche del siete de octubre, comandos de Hamas se adentraron en Israel, mataron a un millar de personas y capturaron a decenas de rehenes que continúan en su poder. Pocos días después, Israel desencadenó la represalia que aún no ha terminado.

La superioridad militar de Israel en el enfrentamiento, se encontró con la resistencia de Hamas, mejor armada de lo esperado y respaldada por el sacrificio de decenas de miles de muertos y heridos civiles, que en su actitud de sacrificio Hamás se negó a frenar con su rendición. Las acusaciones sobre el exceso de Ia respuesta israelí, cuyas víctimas podrían estarse evitando si Hamás se hubiese prestado a una tregua y liberado a los rehenes y con un acuerdo de rendición.

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En la guerra, Israel lucha desde su superioridad militar y la libertad de sus ciudadanos presos mientras Hamás pone a las víctimas como base de sus argumentos. Hay un detalle inadvertido en la realidad del conflicto: Hamás, en la inmolación de su gente cuenta con un fuerte apoyo europeo, pero apenas con el respaldo de los países árabes, viejos enemigos de Israel, ni siquiera de la Autoridad Palestina.

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