Delegar es amar

El fruto de la empanada ·

Antonio Mesamadero

Martes, 21 de junio 2022, 00:31

Delegar es un hábito muy sano, rebaja el estrés, permite gozar de tiempo libre, y es ideal para endosarle el marrón a otros. ¿Te has ... fijado en el buen color de cara que lucen nuestros principales líderes políticos a escala nacional? Tal hermosura es gracias a la sabiduría con la que delegan en sus barones cuando vienen mal dadas unas elecciones autonómicas.

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Hoy todos los analistas políticos hablan del 19J, pero servidor hablará del cuento titulado 'El abrigo', de Nicolai Gogol, porque un cuento siempre es más ligero que cualquier lectura de un resultado electoral. Lo que está claro es que en España no sabemos perder, y menos en política. La derrota está mal vista, y aunque todo el mundo critica la forma de vida americana, la 'American way of life', pocos se percatan de que el absolutismo moral de la victoria es un producto típicamente yanqui, y que perder también tiene su enseñanza y su encanto.

Pero vuelvo a Gogol. Akaki es el personaje protagonista del cuento, un individuo que quiere comprarse un abrigo nuevo y para ello ahorra durante un año prohibiéndose el té de la tarde y hasta andando de puntillas para no gastar las suelas de los zapatos. Cuando por fin compra la pelliza, un ladrón se la roba en plena calle y el hombre palma del disgusto. La situación económica de Akaki me recuerda mucho a la nuestra actual bajo la influencia del IPC, una situación que nos dice que los milagros no existen ni en economía, ni en política, y que después de esta 'borrachera' de la democracia andaluza volveremos a la lucha por la subsistencia. De nada servirá que andemos de puntillas para no gastar suela.

Hoy no queda nada del espejismo electoral. Gogol y los precios planean sobre nuestras cabezas sin saber si el próximo invierno tendremos que vender el abrigo para poder pagar la calefacción, o quedarnos con el abrigo y apagar la calefacción por no poder pagarla. Lo más sensato será venderlo y con lo que nos den marcharnos un fin de semana a Salobreña. Allí podremos visitar el castillo, donde dicen que también está empadronada Macarena Olona disfrazada de fantasma. Según cuentan los vecinos, se la puede oír lamentándose de que el electorado del PP no haya delegado su voto en ella.

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La rueda del destino sigue, para qué preocuparse.

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