PUERTA PURCHENA

Ja, ja, ja Jalogüin

«Si quiere dar miedo de verdad este año, disfrácese de Trump, Putin, Netanyahu o de Kim-Jong-un. Si no quiere salir de España, aquí también encontrará grandes ejemplos para dar mucho miedo con su disfraz»

David Baños

Periodista

Domingo, 26 de octubre 2025, 22:57

Arranca la semana más americana del año. Un tiempo de oscuridad, tinieblas y terror, donde todo se tiñe de naranja y negro. Es momento de ... calabazas y candelabros, de trucos o tratos. Resulta curioso cómo hemos hecho nuestra una tradición anglosajona, que los irlandeses llevaron a Estados Unidos y estos últimos han vuelto a exportar a Europa sin aranceles de ningún tipo.

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¿Usted tiene ya su disfraz? Si no es así, corra sin mirar atrás a comprarlo o se encontrará eligiendo entre los saldos que nadie quiso enfundarse. Capas negras, túnicas rojas, dientes sangrientos, caretas espeluznantes y un arsenal de cuchillos, hachas, espadas y motosierras. Últimamente se han puesto de moda monstruos con sonidos y movimiento, que asustan hasta al más tranquilo y confiado.

Si lo piensan, es curioso, porque estamos ante una fiesta de origen europeo, que popularizaron los yanquis y con la que ahora hacen su agosto los chinos. La mayoría de los disfraces, abalorios y objetos de decoración que verán estos días son productos, supuestamente baratos, realizados en plástico y de baja calidad en Oriente, que solo durarán un temporada o, mejor dicho, un rato. ¡Viva la sostenibilidad!

Resulta curioso que en Almería se disfrace más gente en jalogüin que en carnavales. Así somos nosotros, imprevisibles, indomables, inmejorables. La oferta de productos terroríficos llega

cada vez antes a las tiendas; tanto, que en la vuelta al cole uno no sabe si comprar el uniforme o el disfraz de Freddy Krueger. El consumismo es la repera, ahora mismo tenemos mezclados los caramelos y las calabazas con mantecados, turrones y demás dulces navideños. ¡No paremos de celebrar nunca!

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Si nos remontamos más atrás, llegando hasta su orígenes celtas, esta fiesta no puede tener menos relación con nuestra tierra. Todo parte del Samhain que marcaba el fin de la cosecha y el inicio de los meses oscuros. La creencia popular era que esta noche la línea que separaba el mundo de los vivos y los muertos se hacía muy fina. Por eso, se encendían hogueras y se usaban máscaras, para ahuyentar a los malos espíritus.

Aquí, gracias a nuestros invernaderos solares, le hemos dado la vuelta al calendario y es ahora cuando está empezando nuestra campaña agrícola. No deberíamos estar en un tiempo de tinieblas y oscuridad, sino todo lo contrario. El campo, las empresas y las carreteras están más vivas que nunca, llevando nuestras frutas y hortalizas a toda Europa. No son calabazas, son tomates, pimientos, pepinos o calabacines. Algo impensable hace siglos, cuando comenzó esta tradición.

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Ojo, soy de los que opinan que cualquier excusa vale para montar una buena fiesta. Así que, adelante, a disfrutar y consumir, que a nuestros comercios, bares y restaurantes les vendrá muy bien. Es mucho mejor este miedo fugaz y efímero de una noche que el que nos trae a menudo la cruda realidad que nos rodea por todas partes, en medio de crueles guerras y enfrentamientos políticos. Si quiere dar miedo de verdad este año, disfrácese de Trump, Putin, Netanyahu o de Kim-Jong-un. Si no quiere salir de España, aquí también encontrará grandes ejemplos para dar mucho miedo con su disfraz.

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