La 'sextaria' cadena de la propaganda del Ministerio de la Verdad, se ha rasgado las vestiduras al pillar a Mariano Rajoy saltándose el aislamiento con ... su típico trotecillo caminero. Las hordas orwellinas han aventado un escándalo farisaico al fijarse en la mota del ojo del expresidente, que está haciendo honor al refrán de que 'Otro vendrá que bueno me hará'; en vez de fijarse en la viga de la nefasta gestión de la crisis sanitaria. La sensación ciudadana es que con la excusa del coronavirus se han puesto en cuarentena los derechos constitucionales. La limitación de derechos derivados del decreto del estado de alarma, han sobrepasado su marco normativo, extendiéndose al del estado de excepción. El confinamiento de los derechos fundamentales constituye una transgresión constitucional, con la consiguiente nulidad de actuaciones y la responsabilidad de la Administración. La vulneración por el Gobierno social-comunista de los derechos y libertades se encamina a un cambio de régimen constitucional. El comunista Iglesias no tiene vergüenza en invocar un régimen republicano, echando en cara al Jefe de Estado que vista uniforme militar; sin embargo, no pone objeciones a los trajes de sus conmilitones bolivarianos y menos aún a los 'planes quinquenales' soviéticos. La implantación de la renta mínima básica nos conduce a la cartilla de racionamiento y al clientelismo estatalista.
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La grave coyuntura económica, que vaticina de forma benigna el FMI con un 20% de paro y una caída del 8% del PIB, va a ser aprovechada para transformar la economía de mercado en un intervencionismo estatista. De ahí la suspensión del despido, el impago de los alquileres o la posible expropiación de viviendas vacías; además de la confiscación de los análisis a las clínicas privadas, el requisamiento a las empresas que fabrican materiales sanitarios o la nacionalización de las sociedades en quiebra. El vicepresidente, de quien depende el CNI, ha presentado una denuncia ante la fiscalía de la neutral Delgado, sobre los bulos (así llaman a la libertad de expresión) contra el Gobierno, para que la censura del pensamiento único esté monitorizada por la Stasi podemita. El totalitarismo de este Ejecutivo lleva a manipular el CIS hasta límites obscenos con encuestas en forma de engaño; hasta la desfachatez de aventajar a la oposición en diez puntos. Siguiendo la transparencia del régimen chino, según los registros civiles, han trucado la tasa de letalidad en más del sesenta y cinco por ciento. El camarada-presidente, tan ducho en manuales de resistencia, está reeditando el 'Libro Rojo de Mao'; desprecia a la oposición que convoca por los medios, para provocar un 'Pacto Molotov' y después escenificar un escándalo farisaico, cuando lo que pretende es el guerracivilismo como medio para perpetuarse en el poder. Acaban de ensayar la Revolución Cultural de la reeducación concediendo un aprobado general sin darlo; es decir, lo típico de este Gabinete de decir una cosa y la contraria al mismo tiempo, ofendiendo a la inteligencia. Cuanto más ignorantes sean los jóvenes y menos capacidad de pensar libremente, mayor poder de manipulación. Como los Oficios del Viernes Santo en la catedral de Granada, con veinte personas que guardaban las distancias sanitarias de seguridad, son emanaciones del opio del pueblo, se interrumpe su celebración porque no se adecúan al materialismo histórico y a la lucha de clases.
La inseguridad jurídica que generan las contradictorias medidas adoptadas produce alarma social: la pandemia no revestía gravedad, se negaba la existencia de muertos, no hacían falta mascarillas, abandono de los sanitarios, medicina de guerra para los mayores…; el paroxismo del positivismo jurídico: te multan si van dos en coche, aunque vivan juntos. El internamiento es total, salvo que acudas al médico, la farmacia, el supermercado o saques al perro. Todavía recordamos el aquelarre ideológico que orquestaron cuando quitaron la vida a Excalibur, el pobre perro contagiado de Ébola; con lo que estamos presenciando queda más patente, si cabe, el error de tramitar la eutanasia. Las autoridades sanitarias pretenden solucionar la pandemia con la clausura total. Así a los 'coronarunners' se les prohíbe salir a la vía pública, como en la India o Filipinas. Sin embargo, otros países propicios a favorecer la libertad y la responsabilidad ciudadana como EE.UU., Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia, Suiza, Bélgica, Suecia…, reconocen el efecto saludable del ejercicio físico individual y al aire libre, cuidando la distancia de prevención al contagio. Como dijera Vladimir Ilich Uliánov: '¿Libertad, para qué?'
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