El duelo perinatal, ese gran desconocido

Con motivo de la celebración el 15 de octubre del 'Día mundial de la concienciación del duelo perinatal' queremos dar a conocer, visibilizar y honrar la experiencia de las familias que pierden a un bebé durante la gestación, el parto o poco después de nacer.

Cristina Morales y África Haro

Cristina Morales, psicóloga especialista en duelo y África Haro, matrona con formación en duelo perinatal. Voluntarias del Teléfono de la Esperanza de Granada.

Miércoles, 15 de octubre 2025, 09:58

El duelo por la pérdida de un hijo/a en etapa perinatal tiene características que lo diferencian de otras pérdidas: la pérdida de reconocimiento social, ... los sentimientos de culpa, las posibles pérdidas recurrentes y la naturaleza imprevisible e incontrolable de una pérdida que conlleva un gran sufrimiento y dolor para los padres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el período perinatal engloba desde las 20 semanas de gestación hasta los primeros 28 días de vida del neonato, aunque en la práctica, se consideran pérdidas perinatales las pérdidas precoces (< 12 semanas) espontáneos e inducidos, el embarazo ectópico, la reducción selectiva, la muerte de un gemelo en gestación, el nonato muerto intraútero o intraparto y la muerte del prematuro o del neonato.

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Este artículo centra su atención en la todavía escasa consideración social y en ocasiones del entorno íntimo de los dolientes en lo que respecta a dichas pérdidas. La pérdida de un hijo durante el embarazo, el parto o los días posteriores genera en los padres reacciones de duelo que socialmente son infravalorados. La tendencia a negar el proceso ligado a dichas muertes da lugar a que algunos dolientes sufran la pérdida en soledad y sin apoyos al no verse autorizados para expresar lo que sienten, ni encontrar una escucha adecuada a su malestar. A todo esto, hay que añadir el temor a que ocurra lo mismo al afrontar un nuevo embarazo. La influencia del entorno va a ser fundamental. Y no solo del entorno familiar, social y laboral de los padres en duelo, sino también del entorno sanitario en el que se da el diagnóstico de la muerte, el encuentro con el bebé en el parto, los últimos momentos de presencia física con el hijo y los momentos posteriores. Continúa siendo necesario concienciar a la sociedad del impacto que tienen dichas pérdidas, así como visibilizar y honrar la experiencia de las familias que pierden a un bebé durante la gestación, el parto o poco después de nacer, brindando apoyo emocional y visibilizando su dolor.

En España, la incidencia de muertes intrauterinas tempranas (< 5 meses), oscila según las diferentes estadísticas entre el 10 y el 30% de todos los embarazos. El margen tan amplio del porcentaje se explica por una infradeclaración. La muerte perinatal (> 5 meses y hasta los 28 días de vida posnatal) fue de 3,89 muertes por cada 1000 nacimientos en 2021. La frecuencia de este hecho demuestra la necesidad de reconocer la importancia de brindar una atención al duelo de calidad a las familias que han sufrido una pérdida. Es muy importante el papel de las personas cercanas a los dolientes. De su actitud y de cómo fomenten o censuren las actitudes de dolor influirá la manera en que las personas que han sufrido una pérdida elaboren su duelo. Si aceptamos el dolor y la expresión emocional de una madre o un padre que no ha podido decir hola a su bebé o que quizás tenga que decirle adiós al nacer, estaremos autorizando su pérdida, contribuiremos a que el proceso de duelo pueda ponerse en marcha de forma natural y estaremos evitando más dolor. La intensidad y la duración del duelo no dependen de la duración de la relación con quien ha muerto. El entorno a veces esto no lo ve, y por tanto no apoya. Acompañar a una familia en duelo exige la valentía y el esfuerzo de poder estar disponible, aun sabiendo que no hay nada que podamos hacer o decir que les salve de su dolor y el hecho de ignorar o retrasar el dolor no va a hacer que no se dé.

El recurso de acompañamiento al duelo perinatal del Teléfono de la Esperanza de Granada nace en 2012 con la idea de generar un espacio y cauces de comunicación donde la mujer o pareja que ha sufrido dicha pérdida, puedan compartir las emociones y sentimientos ligados a su experiencia con el objetivo principal de conseguir que elaboren el duelo de la forma más saludable posible. Se considera que es así cuando se expresan los sentimientos sobre la pérdida y se habla de ella sin culpa y emocionalmente se va asumiendo la nueva realidad y se proyecta la vida hacia el futuro.

Este recurso ha atendido 72 personas desde su puesta en marcha.

Decálogo de frases que es conveniente evitar para minimizan la pérdida: «Al menos sabes que puedes quedarte embarazada», «Eres joven, tendrás más hijos», «Fue sólo un aborto, lo superarás», «Fue lo mejor» o «Era la voluntad de Dios». Para invalidar el dolor o la experiencia: «No te preocupes, el tiempo lo cura todo», «Tienes que ser fuerte», «No llores», «Hay que pasar página». Para ofrecer un apoyo vago: «Llámame si necesitas algo» o «Sé lo que estás sintiendo». En su lugar, puedes mostrar tu empatía y tu apoyo: «Siento mucho tu pérdida». «Estoy aquí para ti», «Te acompaño en el sentimiento». También puedes ofrecer ayuda concreta con fraeses como «¿Puedo yudarte con algo de la casa?», «¿Puedo venir a verte?» y reconoce su dolor «Entiendo que es un momento muy doloroso» o «Quiero que sepas que tu pérdida es importante».

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