Cofrades

Sacar los santos a la calle no es un fin, sino un paso más de una forma de vivir y hacer presentes los convencimientos

Ramón Burgos

Lunes, 29 de marzo 2021, 10:46

Ya os dije que, como «gato panza arriba», me resistía ha reflexionar sobre la Semana Santa en cualquiera de sus aspectos –lúdicos, religiosos, etc.– Pero ... la insistencia de algunos de vosotros, y la celebración que ha comenzado, me hacen entender, como razones suficientes, ponerme a la labor una vez más (con la promesa, por ahora, de mantenerme como simple espectador-activo).

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Desde el punto de vista de un 'cofrade' –intentando ponerme en su lugar– podría hasta asimilar cualquier forma de lloro o desesperanza por no realizar la deseada estación de penitencia, siempre y cuando durante todo el año el interfecto se hubiese ocupado de mantener y desarrollar las virtudes propias de su compromiso: fe, esperanza y caridad.

Sacar los santos a la calle no es un fin, sino un paso más de una forma de vivir y hacer presentes los convencimientos.

En mi pregón –el oficial–, que, según dicen las buenas lenguas, no «gustó ni mucho ni poco a los trompeteros» –término que no entiendo como despectivo–, perseveraba en que «la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral no era entonces, ni ha sido nunca para mí, el afán por saludar a izquierda y derecha, de pasar erguidos ante la tribuna oficial o de enseñar obras de arte o realizaciones de artesanos ejecutadas con mayor o menor acierto», apoyándome en las palabras monseñor Méndez Asensio: «(…) que las hermandades y cofradías actúen según los criterios propios del Evangelio y de la vida de la Iglesia. Entre estos sobresalen la necesidad de una formación cristiana coherente con el Ministerio que pasean por la calle y la vinculación, como asociaciones eclesiales, con la vida y sentir de la Iglesia, y en concreto con las actividades de las Parroquias».

Y hoy, me permito invocar algo más, sin que nadie se sienta ofendido: cuando oigáis «Semana Santa», oíd también «Granada»… Cuando escuchéis «Granada», escuchad también «Semana Santa»; que ambas van unidas y son parte inseparable para creyentes, para admiradores del arte o para buscadores del descanso (que de todo, y de todos, hay en la viña del Señor; y a todo, y a todos, se les puede sacar un gran partido).

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