La capacidad del ser humano para sorprender es semejante a su capacidad para repetirse. Esta circunstancia hizo pensar a muchos en la circularidad de la ... historia: democracias, autocracias y períodos intermedios de caos, retornan y vuelven como una montaña rusa. Se cree que estamos en lo más alto y la Bolsa se derrumba, aunque sea por 24 horas.
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¿Se puede repetir la historia o estamos ante un caso de memoria fallida? La doctrina del eterno retorno y la teoría política de Aristóteles hacen pensar que tras la monarquía viene la oligarquía seguida inevitablemente por las democracias y vuelta a empezar.
Hacer siempre lo mismo como los animales de cada especie es un flash estereotipado de ese cansancio de lo circular. En el Egipto antiguo no tenían sentido del tiempo. La vida de las élites se nutría de las entrañas de la muerte que también era bastante estable, a juzgar por los túmulos y pirámides en torno a los cuales giraba la vida.
El sentido de la historia tiene que ver en grado muy elevado con el sentido de la culpa y del perdón. La culpa se asemeja a una enfermedad mental de tipo obsesivo que equivocadamente Freud atribuye a la cultura judeocristiana. El círculo delito /pena/ reincidencia más pena, recuerda el castigo de Sísifo. Sentirse culpable de verdad –no de postureo– es propio de los humanos. Los animales, si rectifican, es por la necesidad de una fuerza contraria superior, casi mecánica. La culpa en un contexto meramente humano, es el resultado del balance de cuentas de todo negocio.
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Benjamín Franklin, de formación puritana, aunque dentro de la perspectiva ilustrada, apuntaba sus fallos en una pequeña libreta que siempre llevaba consigo. El judaísmo introduce el sentido lineal de la historia y de la vida cotidiana, una línea recta, dinámica qué avanza, aunque se quiebre por caídas y revueltas, pero sigue siempre delante de modo que esa recta aparece quebrada, progresiva y creciente. Esa historia que comienza siendo espiritual y moral se amplia en la cultura laica del progreso ilustrado.
Repetir la historia tiene que ver con el metabolismo y la animalidad que es la caldera desde la que se da el salto hacia la libertad. Ese salto empieza cuando te crees con firmeza que puedes cambiar y mejorar. Si se dan todo tipo de dificultades, se ponen trabas al desarrollo humano de la juventud, no se está pensando en trabas sólo económicas sino en orientaciones y tendencias destructivas. Son las multinacionales y sus filiales, los estados que sólo piensan en incrementar el poder adquisitivo de sus ciudadanos para que puedan comprar y consumir retrayéndoles su diezmo de impuestos: comprar para consumir, consumir para seguir comprando. Los estados y sus padrinos, los magnates y sus multinacionales, son muy responsables de crear un marco social de instintos y deseos satisfechos, un marco circular que no puede ser franqueado sin perder el aire vital.
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Los estados combaten las drogas, el sexo y el supremacismo, pero se alimentan de sus propios venenos. Internet empieza a enseñar los dientes porque sin una tutela eficaz, castra a niños y jóvenes que aprenden rápido el placer letal de caer y no levantarse: La familia resulta una montaña de difícil escalo. No es cuestión de presupuesto, tampoco de volver a una tradición, muchas veces inventada. No es cuestión de prohibir sino de formar el carácter que algunas leyes del Gran Hermano consideran represivas.
Mientras se prefiera la Naturaleza a la Historia, seguiremos dando vueltas sin la menor idea de lo que es progresar o trabajar que es lo mismo.
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