Con las primeras tormentas de este verano y otoño del 2025, que estos días mojan Granada y Sierra Nevada, han debido concluir las obras de ... conservación del refugio Elorrieta. Apenas dos meses de trabajos para una consolidación de urgencia, en mi opinión demandada, justificada y necesaria, para devolverle un mínimo de decoro a ese bien patrimonial protegido, tantos años sumido en el abandono.
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Sobre el refugio Elorrieta (1929-32) se han vertido en los últimos años ríos de tinta, sobre todo artículos de opinión, tanto a favor como en contra. Un debate simplificado y sesgado desde el principio alrededor de la dicotomía «refugio o cumbre», «refugio sí o no», cuando esa no era la cuestión esencial, sino la de una construcción, en su mayoría horadada en roca, con sobresalientes valores patrimoniales que gozaba de protección y había que conservar. Al respecto, quizás convenga hacer algo de memoria. En el año 2006 Elorrieta quedó protegido por la legislación urbanística del Barranco del Poqueira, al reconocérsele unos valores arquitectónicos y culturales singulares (normas subsidiarias, nivel de protección 3 sobre 4, BOJA, 74/2007). De forma subsidiaria, al serle de aplicación la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía (Ley 14/2007) quedó nuevamente protegido, e inscrito ex lege en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como bien de Catalogación General. En el ámbito ambiental, el Refugio Elorrieta tampoco quedó desprotegido, al figurar asimismo como «Equipamiento de uso público» de Sierra Nevada (BOJA, 155/2011). El abandono continuado, a pesar de esas figuras de protección, reactivó a los partidarios del Elorrieta. Del 2015 al 2018 se llevaron a cabo numerosas actividades, como charlas, vídeos documentales, manifestaciones, recaudación de fondos, rehabilitación de otros refugios o publicaciones, en buena parte auspiciadas por Acción Sierra Nevada (ASN), una plataforma independiente de amantes de la montaña creada en 2011. Entre las actividades realizadas hubo una recogida de firmas en Change.org (con 18.000 adhesiones a favor del refugio a día de hoy) y dos inolvidables cadenas humanas al Elorrieta (a 2 horas y 30 minutos a pie), en 2015 y 2016, con la asistencia de 400 y 700 montañeros, respectivamente. Mientras tanto, se fueron recibiendo significativas cartas de apoyo del campo del Patrimonio y la Cultura, como fueron los de Hispania Nostra (que incluyó al Elorrieta en su Lista Roja de patrimonio español amenazado en 2015), el de la Fundación Docomomo en 2015 (Documentation and Conservation of building sites and neighbourhoods of the Modern Movement), el del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada en 2015, el del Colegio Oficial de Arquitectos de Granada en 2015, el de la Real Academia de Bellas Artes de Granada en 2016, el de la Fundación CICOP en 2018 (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio) o el del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes en 2018, entre otras. Mientras tanto, ningún estamento de la administración promovió la descatalogación patrimonial del Elorrieta, a pesar de ser conocedora de su protección y del deber legal que existía de conservar el bien.
Sin toma de partido por parte de las administraciones, continuó el suma y sigue de la confrontación de personas y argumentos. Y así hemos llegado hasta este verano de 2025, repitiéndonos y ofreciendo al refugio una publicidad extra que no necesita, ni beneficia. Mientras tanto, el concurso a un proyecto de fondos europeos para obras de mantenimiento en la red de refugios de Sierra Nevada fue aprovechado por el Espacio Natural para incluir al refugio Elorrieta. Al final, dichos fondos son los que han permitido cumplir con el deber legal de protección del bien, bajo la supervisión técnica de la Delegación Territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.
Se abre ahora un nuevo escenario en el que seguro serán bienvenidas propuestas de mejoras, limitación de usos, cautelas, gestión patrimonial, líneas rojas, etc. Y con ese enfoque, me voy a permitir hacer cuatro sugerencias. La primera está relacionada con la restricción al acceso público con cerramientos metálicos de la mayor parte del bien protegido. Una medida que desde que se viene conociendo está suscitando opiniones encontradas. En mi caso, de pena por no poder visitar libremente como hasta ahora la parte excavada, si bien entiendo las razones ambientales y de patrimonio adoptadas, tanto para luchar contra el vandalismo que amenazaba las solerías hidráulicas y otros elementos, como para evitar la incívica acumulación de basura de los desaprensivos de siempre. Una medida que, de paso, restringe drásticamente la capacidad de pernocta que puntualmente poseía la enorme superficie subterránea, evitando con ello riesgos de masificación, paradójicamente no resueltos hasta ahora. En cualquier caso, estaría bien que el Espacio Natural habilitará guías divulgativas, días de acceso libre, visitas o medidas similares para dar a conocer el bien patrimonial Elorrieta, situándolo en el contexto de los senderos (Verea Cortá) y resto de refugios forestales del valle del Lanjarón con los que estaba enlazado. En segundo lugar, queda por buscar un uso adecuado al modesto espacio que ha quedado a disposición de usos oficiales, uno de los cuales podría ser el de puesto de vigilancia y prestación de servicios para agentes o celadores de medio ambiente. En tercer lugar, y por lo respecta a la pequeña estancia vivac, similar a la del resto de Sierra Nevada, su acondicionamiento va a ofrecer dignidad sin mayores comodidades. Un espacio accesible únicamente para quien necesite salvaguarda, no como refugio turístico o de uso deportivo. Se cumplirá con ello el sentir expresado por su placa de 1935, replicada por miembros de ASN para la puerta, y que rezaba: «…Siempre abierto, confiado a la hidalguía del caminante…». Una puerta que debería ser ahora de doble hoja, más segura frente a ventiscas, conservando naturalmente la citada placa. Una cuarta y última sugerencia, dada la extraordinaria acogida que han generado las obras del refugio, es el de recordar el peligro del acceso con hielo desde la laguna de las Yeguas. Un tramo bien conocido por los montañeros, pero sobre el que el Espacio Natural no estaría de más que emitiera con regularidad información, advirtiendo en cualquier caso sobre las normas de seguridad obligatorias para transitarlo en época invernal o con hielo.
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Y esto es todo. Queda ahora ser especialmente prudentes con la montaña, como siempre, y respetuosos con el bien Elorrieta, Patrimonio de Sierra Nevada. Espero que la mayor parte de los montañeros se sientan satisfechos y hagan de él un uso adecuado, incluida la Administración. El tiempo dirá.
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