Los niños pobres

Antonio Carrillo

Viernes, 30 de mayo 2025, 23:30

Los más pequeños, son los más vulnerables ante cualquier situación de pobreza y exclusión social en España; dicho de otra forma, nuestros niños y niñas ... pagan los platos rotos por errores o consecuencias no causadas por ellos. Cuando una familia no tiene los ingresos mínimos garantizados o están por debajo del 60% de la mediana de la renta nacional, los niños/as, de esa familia se considera que rebasan el umbral de la pobreza y exclusión social. Actualmente según –AROPE– equivale a más de 2,7 millones de niñas, niños y adolescentes, estadísticas que meten el frío en el cuerpo, al ver que somos el país con la tasa más alta de adolescentes con mayor riesgo de pobreza y exclusión social (35,8%).

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Digamos que son las vergüenzas que los gobiernos tapan o tratan de ocultar, no aireándolas, aunque para eso esté 'La plataforma de Infancia', plural, solidaria, democrática e independiente desde el punto de vista político y religioso, que trabaja por alcanzar el pleno cumplimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes. –En referencia al artículo escrito por Enrique Gervilla, Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación de UGR, el miércoles 21.05.25 en páginas de Opinión–.

Al ser el colectivo más indefenso y vulnerable con tasas de pobreza y exclusión social persistentemente altas los gobiernos deben priorizar la necesidad de las ayudas económicas directas a las familias con niños y niñas y adolescentes a su cargo, y para ello deben aplicar las políticas universales en pobreza infantil, como lo están haciendo otros países de su entorno, que buscan reducir la pobreza entre los menores de edad a través de las medidas que se aplican a todos los niños y niñas, independientemente de su situación económica.

Asignaturas pendientes de los gobiernos que se incumplen en los programas electorales, y no se aplican, después, en las partidas presupuestarias básicas. Lo cual tiene mucho que ver con la tasa de abstención en todas las elecciones que oscila, aproximadamente, entre el 30% y el 37% en municipios con rentas anuales medias por habitante muy bajas, y mayor tasa de paro, influyen en que la gente no vote. Hay una correlación intensa entre mayor abstención y barrios, municipios o individuos en situación de pobreza, en todos los comicios los pobres votan menos. O sistemáticamente no votan en las elecciones, porque no se consideran ciudadanos con los mismos derechos que los demás, porque siguen siendo discriminados por su condición de pobreza y marginalidad.

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Las consecuencias de la pobreza infantil, no dejan de ser menos alarmantes y acaparadoras de distintos aspectos en la vida de los niños y niñas. Obviamente su Salud será más precaria ante el riesgo de padecer enfermedades crónicas, falta de nutrición y problema de salud mental. Su educación estará asociada a un menor rendimiento académico, abandono escolar. Que perpetua el ciclo de la pobreza al limitar las oportunidades de desarrollo personal y profesional de los niños y niñas afectados. Social y emocionalmente la pobreza infantil puede dañar la autoestima, la autoconfianza y las relaciones interpersonales de los niños y niñas. La falta de recursos materiales, pueden generar vergüenza, ansiedad y depresión en los niños y niñas.

Por último, tenemos en España un alto porcentaje de alimentos que se desperdician con graves consecuencias sociales y ambientales. Este derroche de alimentos acrecienta la inseguridad alimentaria y la desnutrición, ya que esta comida desperdiciada podría haber sido utilizada para alimentar a personas con necesidades. Además, el desperdicio de alimentos representa una pérdida económica para productores, comerciantes y consumidores. A nivel ambiental, el desperdicio de alimentos contribuye al cambio climático, al desperdicio de recursos naturales (tierra, agua, energía) y a la pérdida de biodiversidad.

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