Los años cuarenta en España, otro gran engaño

Los años 40 y 50 fueron de gran austeridad, escasez y de muchos sufrimientos, que aquellas generaciones supieron hacer frente sin quejas, sin exigencias y con una gran voluntad de salir hacia, lo que se pensaban, era lo mejor

Manuel E. Orozco Redondo

Viernes, 20 de agosto 2021, 23:12

Los años 40 han sido demonizados con verdadera perseverancia por los que, de forma inesperada, fueron derrotados en la época en la que los odios ... y las maldades fueron una forma de vivir, desde una política, en busca de la revolución comunista que, a la vista de lo acreditado, por los años, era detestable. Han sido muchos los engaños y las mentiras, como muchas han sido las exageraciones respecto a aquel momento tan condicionado por las guerras. Europa, antes, y España, un poco después, han llegado a lo que se denomina la 'sociedad del bienestar' con sus promesas, sus aciertos y miserias, que nos hace olvidar lo es en un verdadero bienestar personal que, desde luego, no es lo que estamos viendo en las calles ni en las escuelas ni es plausible el apabullante relajamiento estético personal y en saber comportarse antes uno mismo y los demás.

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La actualidad que hemos concretado es una sociedad en la que reina un individuo muy dependiente, frágil y exigente, mientras se apunta a salvar el medio ambiente o impedir el cambio climático y todo, pero sin renunciar a nada y, menos, a los derechos adquiridos que nos están dejando sin posibilidad de defender nuestra civilización e idiosincrasia. Hay, al parecer, una conjunción de ideas que favorecen los comunistas, los masones, los islamistas, que van claramente contra los valores, los ideales y las tradiciones occidentales, mientras imponen sus consensos 'progres'. Todo esto es sustentado por las imposiciones del globalismo y por una agenda confusa, en sus propósitos y objetivos, que en nada nos favorecen, mientras se olvida lo importante: la mejora del ser humano. En esta realidad, hay que recordar de dónde venimos, después de aquella época en los que los nacionalismos, la irracionalidad y los apogeos de los movimientos revolucionarios comunistas y nacionalsocialistas de los años 30, fueron dominantes, terribles y de una crueldad inusitada. Los años 40 y 50 fueron de gran austeridad, escasez y de muchos sufrimientos, que aquellas generaciones supieron hacer frente sin quejas, sin exigencias y con una gran voluntad de salir hacia, lo que se pensaban, era lo mejor. Gran parte de esta realidad, nada idílica, está sustentada, en España sobre todo, por una gran mentira en la que se apoyan los que solo ven maldades y desdicha en un régimen que supo vencer a la revolución comunista-estalinista. Así, se esforzaron en desprestigiar los años 40 y 50 en España, al asociarla a una época oscura, que ciertamente, lo fue, pero no mucho peor que la que se vivió en toda Europa, que estaba en guerra hasta el 45, pero que, una vez terminada, dio paso a las venganzas –de unos y de otros–, ajusticiamientos, depuraciones y persecuciones, que no cesaron hasta 1950. Más de 13 millones de personas se recolocaron en un éxodo sin precedentes de ajuste de cuentas muy de acuerdo con la época, hasta que las distintas nacionalidades encontraron acomodo en los nuevos espacios y mapas, surgidos después de las contiendas. Así, los rusos perseguían a los alemanes, los polacos a los rusos y a los alemanes, lo franceses de Vichy contra los no colaboracionistas y, casi todos, contra los judíos; en definitiva, más de 5 años de crueldades y represiones de todos contra todos. De este caos europeo, lo extraordinario fue que todas las fechorías quedaron en sus memorias, pero no supuso abrir juicios ni reproches a nadie, sino que todos callaron y escondieron sus vergüenzas, sus barbaries y odios. En el documental de la TV titulado 'Después de Hitler', se puede ver el horror que fue aquella Europa enfrascada en las depuraciones y los odios que habían dejado la guerra. Los españoles también se enfrascaron sus propios odios, pero pronto la gente comenzó a trabajar, casarse, tener hijos y soñar con un mundo en paz. Pero es una evidencia que los derrotados no han parado de desprestigiar y de demonizar a unas décadas, ciertamente austera y con sufrimientos de las consecuencias de la guerra, pero nada contaron sobre lo que pasaba en Europa, como si los españoles fueran los que peor lo pasaron, cuando no fue así. Es curioso que, en Europa no se han hecho ninguna 'memoria histórica' ni se han acusado entre ellos de aquel horror, en las que las barreras morales fueron aniquiladas mucho después de la llegada de la paz, en 1945. Fue el plan presentado en 1947 por el secretario de Estado George Marshall, el que con 13.000 millones de dólares comenzó la recuperación europea. El plan tuvo resultados satisfactorios y las economías europeas del mundo occidental se reactivaron a partir de 1951. De estas ayudas, España, se vio privada al ser denostada por el pensamiento dominante, por haber vencido al comunismo. Fue el presidente Eisenhower quién se dio cuenta que los enemigos no eran los españoles, sino los comunistas de Stalin. Este cambio de posición del mundo occidental, aunque contó con no pocos obstáculos, hizo posible la recuperación de España a partir de 1953 con los acuerdos bilaterales y visita de presidente norteamericano en 1959. Lo penoso es que este pensamiento contra los que vencieron al comunismo en España, sigue maniobrando contra nuestra nación y nuestros valores, hoy en peligro.

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