Puerta Purchena

Volver a empezar

«Tanto se dijo que eran los mejores jugadores de la categoría que se lo creyeron y actuaron como tales a nivel individual y ya se veían, pasase lo que pasase, fichados por grandes equipos tanto en el mercado de invierno como a final de temporada»

Ángel Iturbide

Periodista

Sábado, 21 de junio 2025, 23:37

¡Hombre!, la tentación ahora es escribir sobre la corrupción en este país, la del PSOE y la de otros partidos, sobre la vergüenza que ... provocan algunos, la deshonestidad de muchos, la búsqueda del beneficio político de otros (a río revuelto…) o la estupefacción de todo un país ante lo ya conocido y el temor y la incertidumbre ante lo que aún tendremos que conocer. Pero no voy a caer en esa gran tentación. Ya lo hice la semana pasada y lo que escribí el jueves por la mañana ya se encargó la UCO por obra de Santos Cerdán de echarlo todo por tierra; porque lo que por la mañana valía, varias horas después ya nada significaba. Así pues, y ante la imposibilidad de rehacer lo hecho opté por tirar a la papelera lo escrito. Eso no me va a ocurrir esta semana porque es miércoles cuando escribo y de aquí al domingo puede ocurrir de todo.

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Llegados a este punto me centraré en la campaña recién terminada de la UD Almería, otro tema de actualidad al que solo me refiero en ocasiones, pero que bien merece un comentario después de las declaraciones de su entrenador y del presidente de LaLiga. Cuando ya nos habíamos aprendido bien el nombre del presidente saudí que llegó para colocar al Almería en competiciones europeas, pero que se quedó muy lejos de conseguirlo, de pronto entonó un 'sálvese quien pueda' y abandonó el barco con el bolsillo lleno pasando el timón a otro presidente saudí de nombre impronunciable y que ya no sé si merece la pena siquiera aprender a decirlo. En este contexto llegó el final de la temporada y al nuevo presidente nada se le puede reprochar y al otro mucho, pero de nada sirve pues ya no está.

La UD Almería no está en primera división porque no ha querido o porque nadie ha sabido gestionar un vestuario en el que todos se veían figuras, pero que a la hora de hacer equipo y jugar como tal no pasaban de ser adolescentes en el patio de un colegio. La UD Almería, el equipo de la categoría con más dinero y con la plantilla mejor y más cara, estuvo varias jornadas al frente de la clasificación y, en consecuencia, en ascenso directo hasta que se desinfló y se vino abajo sin que nadie, ni el presidente, ni el director deportivo, ni el entrenador fuesen capaces de evitarlo y menos aún los jugadores. Tanto se dijo que eran los mejores futbolistas de la categoría que se lo creyeron y actuaron como tales a nivel individual y ya se veían, pasase lo que pasase, fichados por grandes equipos tanto en el mercado de invierno como a final de temporada.

En enero apenas hubo movimientos y la mayoría se quedó en Almería, un buen lugar para vivir, dar patadas a un balón y seguir convencidos de que al final de la competición tocaría hacer las maletas para saltar a un lugar mejor. Y sí alguno se irá, pero ese gran equipo dejó de serlo hace mucho. Mira que juegan bien, y mira que podrían hacer grandes cosas, pero nadie los ha sabido encauzar y llevar por el camino del éxito. Y ese alguien es el entrenador que sigue al frente de un grupo de jugadores que ya veremos quién se va y quién se queda y ya veremos qué plantilla tiene para la próxima temporada, como veremos también el objetivo fijado para la 2025-2026 que, visto lo de este año con ese gran plantel, augura más sinsabores y sufrimiento.

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Ese mismo entrenador anunció una rueda de prensa para esta misma semana de la que se esperaba mucho, pero que no deparó nada. El discurso se circunscribió a los partidos de ascenso de los que dijo que la competición se había adulterado. Estoy de acuerdo, pero el fracaso de este equipo no se puede maquillar de esta manera absurda. En su comparecencia, Rubi consideraba que había perdido un ascenso o el haber podido disputarlo en igualdad de condiciones con el resto de equipos. Tenía razón en la segunda parte, no así en la primera puesto que el ascenso lo perdió hace varios meses. Cierto que la convocatoria por Colombia de Luis Javier Suárez restó posibilidades al equipo, más aún teniendo en cuenta que este año ha marcado nada menos que 27 goles y que podía haber sido determinante en la eliminatoria contra el Oviedo. Ahora bien, no sé si todos leemos o escuchamos lo mismo, pero yo recuerdo a Suárez decir en más de una ocasión que su máxima aspiración era jugar en el combinado de su país. Estoy convencido (ojo, no deja de ser una mera apreciación de quien esto escribe), que para Suárez eran más importantes los partidos de Colombia que los de la UD Almería.

A la fiesta se sumó el presidente de LaLiga, Javier Tebas, que le dijo a Rubi que dejara de llorar y analizara más sus errores porque ya sabía que esa situación se podía producir tal y como está elaborado el calendario. Hombre, en la vida hay que ser más humilde y a Tebas le sobra prepotencia, chulería y malas formas. Y sobre todo le falta respeto hacia un club como el Almería, su entrenador y, por encima de todo lo anterior, su afición que ha sido la verdaderamente maltratada.

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