Louise Brown, primera niña probeta. José Ramón Ladra

Un milagro

Puerta Purchena ·

«Louise Brown recuerda su infancia en Manchester y cómo había personas que se acercaban a sus padres para darles las gracias por servirles de ejemplo para seguir adelante ya que también esas parejas estaban intentando tener hijos por reproducción asistida»

Ángel Iturbide

Periodista

Sábado, 3 de junio 2023, 23:06

El jueves leí en este mismo periódico una historia que me caló hondo. Aunque en su día había oído hablar de ella no la ... recordaba tal cual y ahora mismo la desconocía. Es la historia de Louise Brown, una inglesa de 45 años que su nombre no dice nada, pero que es la protagonista de un verdadero milagro, y de esos hay muchos, de la ciencia. Louise nació el 25 de julio de 1978 y fue el primer bebé gestado por fecundación in vitro del mundo. En la última página de la edición del jueves un reportaje recordaba la efeméride y Brown en primera persona contaba cómo había sido su vida y lo que ha supuesto para ella ser la primera nacida por fecundación in vitro del mundo. Y viene esto bien a hora que tanto se ha hablado y escrito de la gestación subrogada como es el caso de la nieta de Ana Obregón o del negocio, para unos; alternativa para otros, de los vientres de alquiler. Parece que con el tiempo hemos superado algunos tabús que no alcanzábamos a entender y hemos roto barreras que limitaban nuestra libertad.

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Los artífices de que Louise Brown esté entre nosotros fueron tres médicos, dos hombres (uno de ellos premio Nobel en 2010) y una mujer que comenzaron a trabajar en reproducción asistida en 1968. Diez años tuvieron que pasar para que la primera bebé que nació por reproducción asistida abriera los ojos a este mundo. A los dos médicos varones se les reconoció su trabajo y su logro, mientras que a la mujer se la relegó por el hecho de ser mujer. Historias que se repiten. De hecho Louise afirmaba que en las fotos de su nacimiento la doctora no aparecía por lo que se había propuesto dedicar todas sus fuerzas a reivindicar su nombre.

Estamos hablando de 1978, hace ahora 45 años, y las cosas han cambiado, pero no demasiado. Las mujeres siguen ocupando un segundo plano en un mundo de hombres y las arbitrariedades, discriminaciones e injusticias se siguen repitiendo. Como se repiten también actitudes intolerantes por parte de muchos que no ven más allá de sus narices. Louise Brown recuerda su infancia en Manchester y cómo había personas que se acercaban a sus padres para darles las gracias por servirles de ejemplo para seguir adelante ya que también esas parejas estaban intentando tener hijos por reproducción asistida.

Pero en el otro plato de la balanza se encontraban los intolerantes que condenaban a los Brown por someterse a esa fecundación in vitro que consideraban iba contra la naturaleza. En este sentido Louise recuerda que sus padres comenzaron a recibir cartas con mensajes de odio. Radicales religiosos les atacaban por haber torcido la voluntad de Dios que no quería que esa niña hubiera nacido. «Nos llegaban también multitud de crucifijos y otros elementos religiosos, supongo que para que salvásemos nuestra alma, y desde California nos enviaron un paquete lleno de manchas de sangre. Eso fue terrible», recuerda.

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Una información reciente recoge que en 2019 se incrementaron un 1,3% los nacimientos mediante fecundación in vitro e inseminación artificial en España. En ese año se realizaron 180.906 tratamientos y nacieron 37.428 bebés. Pero no queda todo ahí. España está a la cabeza en el ranking europeo en tratamientos de fertilidad, principalmente por las restricciones legislativas que existen en muchos países. Así, según una información de hace justamente un año en España el 9,5% de los nacimientos es fruto de la reproducción asistida. Afortunadamente en nuestro país esta práctica está plenamente consolidada y ha hecho felices a miles y miles de parejas y de mujeres que han satisfecho su deseo de ser padres y madres. Así pues, hay que agradecer a Louise Brown que sin saberlo abrió un mundo de posibilidades para aquellas personas que no podían tener hijos. Y a los doctores Patrick Steptoe, Sir Robert Edward y Jean Purdy que comenzaron a trabajar en reproducción asistida en Gran Bretaña con 282 mujeres que no podían quedarse encinta. Al final abrieron el camino para que millones de mujeres en todo el mundo pudieran hacer realidad su deseo de ser madres.

Por lo que a mi respecta también tengo mucho que reconocerles y agradecerles a los tres doctores porque dos de las personas que más quiero llegaron a este mundo gracias a las investigaciones y logros de los tres médicos. Y mi profundo desprecio a quienes aún hoy amparándose en la religión ponen en cuestión y critican la fecundación in vitro por ir contra la naturaleza de algunas mujeres cuando son ellos quienes están de más. Seguramente serán hombres.

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