Puerta Purchena

Mala gente

«Nos hemos tirado un año de mentira en mentira; de versión en versión; de polémica en polémica; de carnaza para los tertulianos de café y barra de bar sin haber conseguido nada más allá del hartazgo»

Ángel Iturbide Elizondo

Periodista

Sábado, 15 de noviembre 2025, 22:23

Quien siga esta columna semanal se habrá dado cuenta de que durante dos semanas he faltado a mi cita de los domingos. No ha sido ... por nada malo al contrario, sino por un viaje de ocio y placentero. Cuando inicié el camino tierra adentro lo hice con el firme propósito de aislarme de la atroz actualidad que nos cae como una losa día sí y día también, con el firme deseo de intentar no enterarme de nada. Fue imposible. Ahí he comprendido eso de que la información no hay que buscarla, es ella la que te busca a ti. A mí me encontró y de qué manera.

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En el tiempo que estuve fuera la cosa iba bien. Hasta casi el final que entre la dana y el juicio al fiscal general del Estado la actualidad me invadió y, así fue, me violentó sobremanera. Un año después de las inundaciones de buena parte de Valencia continuamos sin asumir responsabilidades y sin afrontar de forma realista lo que ocurrió aquel fatídico 29 de octubre. No solo para reconocer errores y evitar que tragedias de este tipo se vuelvan a repetir en la comunidad valenciana y en cualquier otro lugar de la península, sino para apoyar, alentar y arropar a aquellos que sufrieron en lo peor que se puede sufrir como son la pérdida de personas muy cercanas, en primer lugar; y en la desgracia de quedarse sin casa, sin enseres y sin recuerdos, en segundo lugar. Echando la mirada atrás son muchos los errores que se han cometido. El primero no estar a la altura de la envergadura de lo que realmente sucedió y no haber asumido las responsabilidades que a cada cual le correspondía asumir por la dejación de funciones o no estar donde debía estar en esos momentos dramáticos. El segundo, haber politizado una tragedia que no se debió rebajar hasta utilizar como arma arrojadiza entre partidos políticos. Seguramente si el presidente de la comunidad valenciana, Carlos Mazón, el día 30 de octubre de 2024 hubiese reaccionado con honestidad y asumido su responsabilidad yéndose a su casa nos habríamos ahorrado mucho dolor. O si el Partido Popular, en vez de arroparlo como ridículamente lo ha hecho, lo hubiera obligado a dejar el cargo la confrontación de los últimos doce meses nos la habríamos evitado. Pero no ha sido así. Por el contrario nos hemos tirado un año de mentira en mentira; de versión en versión; de polémica en polémica; de carnaza para los tertulianos de café y barra de bar sin haber conseguido nada más allá del hartazgo y del convencimiento de que la política de este país, y quienes la ejercen, no podía caer más bajo. Resulta ridículo haber estado un año atacando por un lado y amparando por otro a un presidente de una comunidad que no ha dudado ni un instante en dar la espalda con sus mentiras a los ciudadanos a los que debía proteger que son quienes lo pusieron ahí para que hiciera todo lo contrario a lo que ha hecho, independientemente de lo que cada cual hubiera votado.

Pero lo peor, si lo anterior no es lo suficientemente malo, no es que Mazón haya estado un año perdiendo el tiempo y crispando a toda la ciudadanía con el apoyo de PP y Vox para al final tener que irse; lo más lamentable es el desprecio que han sufrido las víctimas de la dana en estos meses. Ellos son los verdaderos protagonistas de esta tragedia y no los partidos políticos que no han sabido estar a la altura de lo que la sociedad valenciana y española demandaba. Se les ha insultado, marginado, boicoteado y faltado al respeto en su dolor, simplemente por la confrontación partidista.

Escribía unos párrafos atrás que no es necesario buscar la información sino que es esta la que te atrapa. Eso me ocurrió a pesar de que pretendí que fuera todo lo contrario. Una imagen de televisión me impactó. Víctimas de las inundaciones de Valencia comparecieron en el Congreso de los Diputados en una comisión de investigación (investigación de no sé qué), para exponer lo que el 29 de octubre trajo consigo, o mejor dicho, lo que el 29 de octubre les arrebató. Una mujer que vio cómo a su hijo se lo llevó el agua, cómo la inundación se llevó a su otro hijo cuando este quiso auxiliar a su hermano y cómo extenuado su marido se dejó llevar por el agua porque no podía aguantar más aferrado a la ventana en la que se encontraba. Una mujer que en el tiempo que se tarda en lanzar una mentira o un improperio al rival político perdió a tres familiares y con ellos su vida porque esta ya no merece la pena. Una joven que contó con lágrimas cómo se rompió la cuerda con la que intentaba salvar la vida a una niña y vio cómo se la llevaba el agua. Y así varios testimonios más. Y frente a ellas, las víctimas que han perdido lo que más querían, unos diputados del Partido Popular y de Vox, este último con actitud chulesca y prepotente, brazos cruzados al frente, que se negaron a aplaudirlas o a levantarse en señal de respeto, empatía y haciendo suyo su dolor porque habían criticado al presidente valenciano.

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¡Qué poca vergüenza!, ¡qué malas personas deben ser! Y luego esos partidos que los arropan los premiarán incluyéndolos en sus listas electorales. ¡Qué indecencia!

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