Hace cincuenta años fallecía María en Buenos Aires, casi centenaria. Era el mes de junio de 1974, pero la casualidad hizo que la gran escritora, ... enamorada de Granada y exiliada de España, naciera en diciembre de 1874. Por tanto, nos encontramos a medio camino de celebrar el 150 aniversario de su nacimiento y de recordar el cincuentenario de su óbito. Otra casualidad había localizado el nacimiento de María de la O en la cuna del castellano, en la localidad riojana de San Millán de la Cogolla. Y fue buena coincidencia, pues María hizo de la literatura su afán primordial.
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Aunque nacida el día de los Inocentes, sus padres le pusieron por nombre la festividad que se celebra diez días antes: María de la O. En 1900 contrajo matrimonio con el empresario teatral Gregorio Martínez Sierra, del que tomó su seudónimo. Hoy se sabe que prácticamente todas las obras firmadas por este autor, en realidad fueron escritas por su esposa. La crítica norteamericana Patricia O'Connor lo ha demostrado sin lugar a dudas. Incluso después de que Gregorio se separara de María para casarse con su amante, la actriz Catalina Bárcena, María siguió firmando sus obras como Martínez Sierra, unas anteponiendo el nombre de María y otras incluso como Gregorio.
Obras suyas de obligada lectura son 'Canción de cuna', que fue llevada al cine por Garci, y 'Una mujer por los caminos de España', que derrocha sensibilidad femenina y ausencia de feminismo barato.
El matrimonio había visitado Granada en varias ocasiones y María quedó prendada de la ciudad. Su libro 'Granada, guía emocional' de 1910, es una joya literaria entre el romanticismo tardío y el modernismo recién llegado. En muchas otras obras enaltece lugares granadinos: una obra de teatro trascurre en el hotel Alhambra Palace, a Lindaraja lo versifica como 'Jardín envenenado' y es precioso su poema titulado 'Descanso en San Nicolás'. Quedó seducida por el encanto que emanan el Albaicín y el Sacromonte. Fruto del mismo es su 'Amor brujo' una gitanería que ofreció a su amiguísimo Manuel de Falla para crear una de sus obras maestras. De hecho Falla vino a Granada atraído por lo que María había escrito sobre la ciudad.
Pero en la poesía no termina la polifacética María. Fue conferenciante, maestra, contertulia, viajera… Luchó para librar a la mujer del analfabetismo y otras lacras sempiternas. Fue llamada por Fernando de los Ríos y elegida diputada al Congreso por Granada en 1933, en las filas del PSOE.
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La doble efeméride de este año no ha pasado desapercibida en el agitado y siempre envidiado Madrid. La Biblioteca Nacional muestra estos días la exposición: 'María Lejárraga, una voz en la sombra', a cuyo socaire concurren conferencias, visitas guiadas, extensiones… En Granada, sin embargo, poco hay anunciado para recordar e incluso dar a conocer a la que además de entusiasta de las bellezas granadinas fue su diputada provincial durante la República. La empresa privada, una vez más, suple lo que la pública olvida. Granada Singular, firma cultural de prestigio que tan acertadamente dirige Teresa Hontoria, propone para el sábado 26 de este mes una ruta guiada bajo el título 'Manuel de Falla y María Lejárraga, Granada como pretexto'. El paseo será guiado por Isabel Cabrera Saúco, profesora de Historia de la Música en nuestro conservatorio profesional 'Ángel Barrios', y discurrirá desde la Calle Real de la Alhambra, donde se alojó Falla a su llegada a Granada, por el Polinario, donde se reunía su famosa tertulia, hoy Museo Ángel Barrios, la Casa Museo de Manuel de Falla, tantas veces visitada por María, y alguna sorpresa más incrustada en esa mañana del sábado. María, la enamorada de Granada, se lo merecía.
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