Almería tiene estrella

Los almerienses hemos dado muestras continuas de que cada vez somos menos feriantes. De eso no hay duda, después de ver cómo tanto el mediodía, como la noche pierden interés y afluencia. Hay que repensar la feria y actuar. En esto también somos diferentes al resto de España. Hemos dado lugar a tener un recinto casi sin casetas.

¿Y en el fútbol? La temporada de la UD Almería se ha complicado mucho y a estas alturas parece imposible que el equipo pueda conservar su plaza de primera división. A pesar de todo el campo se sigue llenando y los aficionados continúan vibrando con lo poco que puede ofrecer ya el colista de La Liga. Los rojiblancos no ganan, pero han mejorado su juego y han dado la cara consiguiendo valiosos empates ante Girona, Granada, Athletic de Bilbao o Atlético de Madrid. Por si fuera poco, el fin de semana nació una estrella en el Power Horse Stadium. Tiene sólo 19 años, pero lleva desde los 15 jugando al máximo nivel en España e Italia (Mallorca, Lazio, Milán y ahora UDA). En esto también somos distintos los almerienses. Ahora que estamos prácticamente abocados al descenso tiene pinta de que vamos a disfrutar más que nunca las tardes y noches de fútbol como locales. En la grada se celebra un robo de balón, un corner y hasta una falta a favor como si se hubiera ganado una final. No les digo nada cuando se marca un gol o dos golazos como los del número 38 el pasado sábado.

Nuestra agricultura también es diferente, porque producimos cuándo no lo pueden hacer los demás. Nuestros invernaderos solares son únicos y han permitido a toda la provincia pasar de la misera al desarrollo, con un magnífico futuro por delante.

Aquí también hay problemas, quizás más que en otros puntos de la geografía europea, porque Marruecos coincide en calendario con Almería y tiene al tomate como principal argumento de venta, una de las estrellas de nuestro campo. Agricultores y empresas comparten tabla reivindicativa, aunque sus obligaciones como productores les impidan ahora mismo estar en la calle. Y es que los pimientos y los pepinos no entiende de manifestaciones y aquí estamos en el momento de mayor producción del año.

Hay otros muchos motivos que nos hacen distintos, en muchos casos mejores, pero esos los repasaremos en otro momento. Por lo pronto, bien haríamos en sentirnos orgullosos de todo aquello que nos hace únicos y especiales. Se llama amor propio y es fundamental para avanzar juntos como sociedad.