Opinión

¿Arrepentirse?

En el cristianismo el arrepentimiento es un concepto esencial; así en el Nuevo Testamento no es sorprendente descubrir un extenso y vivo vocabulario para describirlo.

Alfredo Ybarra

JAÉN

Martes, 25 de junio 2024, 23:44

Hace unos días el escritor Javier Cercas participaba en 'Plano General', el programa de entrevistas que dirige y presenta Jenaro Castro, en La 2. En ... la sección del programa titulada 'El muro', en la que el personaje entrevistado deja una frase firmada de su puño y letra como filosofía de su propia personalidad, el escritor y columnista, recientemente elegido miembro de la Real Academia Española, escribía «Hagas lo que hagas, te arrepentirás». Explicaba Cercas que la frase la acuñó Aristóteles cuando en cierta ocasión un discípulo preguntó al filósofo sobre qué sería lo más conveniente para tener una vida plena de felicidad, si casarse o quedarse soltero, a lo que este le respondió: es igual, hagas lo que hagas, te arrepentirás. Esta respuesta es una manera simbólica de plantear que finalmente, en nuestro contexto entretejido de la existencia, no importa lo que suceda, o lo que hagamos. Siempre será algo imperfecto y equivocado en alguna medida. Hacer algo implica dejar de hacer otras cosas en su lugar. Esto, en cierto sentido, casi siempre induce a algún grado de arrepentimiento. El poeta chileno Nicanor Parra ha utilizado anchurosamente esta frase en la que acude a este agudo absurdo.

Publicidad

La toma de decisiones, especialmente las trascendentes, que son las que nos agitan en la vida, es algo complicado que va a depender del entorno, de las circunstancias del momento, de nuestro estado de ánimo, de nuestro talante en ese momento, y de nuestros propios miedos y prejuicios. Sentir pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo, cambiar de opinión; el remordimiento de conciencia, cuando hay un verdadero movimiento interior que convulsiona nuestra actitud y nos mueve a rectificar es algo consustancial al ser humano, fundamental en nuestra vida. Y es que equivocarse, transitar por la incertidumbre, lidiar con nuestros miedos, retractarse de alguna decisión, nos hace más humanos.

No es el arrepentimiento un valor absoluto. Tiene diferentes grados y, sobre todo, muchas formas de encararlo. Las emociones por sí mismas no son positivas o negativas, pero sí la conducta que nos generan. En más de una ocasión hemos oído eso de que vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada. De todas formas el arrepentimiento tiene muchos matices y perspectivas. Spinoza decía: 'El arrepentimiento no es virtud porque no sale de la razón. El hombre que se arrepiente es doblemente miserable'. Sin embargo Cervantes ve el lado redentor de este sentimiento cuando dice que no hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado que con el arrepentimiento no se borre o quite del todo. Saramago recela del arrepentimiento falso e hipócrita que tanto, flácidamente, empleamos al disculparnos en cualquier circunstancia privada o pública. El premio nobel portugués afirma que el arrepentimiento mejor es, sencillamente, cambiar. En el universo religioso y concretamente en el cristianismo el arrepentimiento es un concepto esencial, así en el Nuevo Testamento no es sorprendente descubrir un extenso y vivo vocabulario para describirlo. Una de las tantas citas bíblicas nos la ofrece Mateo 9:13, cuando Jesús al respecto invita a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Convertir el arrepentimiento en un impulso para mejorar no es una aspiración ilusoria. Siempre se puede aprender de los errores. Seguramente esa es la esencia de este asunto, la insistencia en el aprendizaje, cada vez mayor y mejor en leer y escribir ese libro moral de nuestra conciencia.

La conciencia hace que nos encontremos, que nos denunciemos, que nos juzguemos, que nos preguntemos y que nos comprendamos a nosotros mismos (o lo intentemos con ánimo). Se vuelve fuerza que nos impulsa a la acción, a la reacción, a la razón.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad