«He vuelto a nacer, tengo una batería nueva»

El día a día de este vecino de 52 años de edad cambió para siempre en 2017. Había cogido vacaciones para desconectar y recobrar las fuerzas que había perdido tras una racha dura de trabajo. A su vuelta, la fatiga permanecía y le seguía mermando. Fue entonces cuando Óscar decidió someterse a varias pruebas médicas y saltaron las alarmas. Padecía colangitis primaria biliar, una enfermedad crónica que destruye progresivamente los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta comprometer seriamente la integridad del paciente. El inicio de su pesadilla.

«Los médicos me recomendaron adoptar un tratamiento de ácido úrico para combatir mis problemas de salud, que acabaron derivando en cirrosis. Mejoré durante unos años e incluso volví a trabajar, pero en 2021 sufrí una crisis de colangitis aguda que me obligó a ingresar en el Hospital Virgen de las Nieves. Tenía la piel amarillenta, también los ojos, y la orina era del color de la Coca-Cola. Estaba muy mal y la única solución era recibir un hígado nuevo», detalla el propio Óscar Jiménez a IDEAL desde un banco del parque Benjamín Ferrer de Armilla.

Madrileño de nacimiento, lleva ya más de media vida en Granada tras pasar su niñez y adolescencia en Francia. Un toque galo en su habla lo delata. Reconoce que sintió miedo cuando recibió el diagnóstico de los médicos. Su vida había dado un claro cambio a peor a partir de la enfermedad. No podía comer como una persona corriente, ni hacer esfuerzo físico alguno. Apenas salía de casa mientras aguardaba un milagro que lo liberase de sus cadenas. Su oportunidad llegó el 16 de enero con la llamada más importante de su vida.

«Estuve más de un año en lista de espera para el trasplante. Me avisaron en varias ocasiones, pero finalmente los órganos disponibles se destinaban a otros pacientes. Una mañana me llamaron y me citaron para el preoperatorio, algo por lo que ya había pasado y a lo que no di mucha importancia. Asistí convencido de que se quedaría en otro mero trámite, pero mi cara cambió cuando me bajaron a quirófano y vi tantos sanitarios allí. Por fin me iban a operar», revela.

La cirugía se produjo a medianoche. A Óscar le extirparon su hígado dañado y le colocaron el nuevo. Una operación de siete horas de duración que convirtió su 2023 en una segunda oportunidad. «La mejoría la noté en cuanto abandoné el quirófano. Mi esposa subió a la UCI a la mañana siguiente y me encontró con un tono de piel y una orina completamente normales. El órgano funcionaba a la perfección. Fue como si me hubiesen instalado una batería nueva. Volví a nacer», se sincera con emoción ante la mirada de su esposa.

Óscar se ha apoyado en su familia para afrontar la enfermedad. Su mujer Amparo, sus hermanos, sus suegros... y su hijo Étienne. Con tan solo once años por fin puede volver a disfrutar de su padre. «No podía jugar con él, ni acompañarlo a sus partidos de fútbol... Hemos intentado no contarle mucho sobre mi estado, pero de mayor ya sí entendía y se preocupaba más. Ha sufrido y ahora quiero volver a tener una relación normal con él», revela. Será la guinda para Óscar, cuyo 2023 ha supuesto un borrón y cuenta nueva. «Desde el trasplante celebro dos cumpleaños. El mío y el 16 de enero. Antes estaba malhumorado todo el tiempo y lo pagaba con los míos. Por fin he vuelto a ser yo». Un buen año.