Las 'habichuelas' antes que las doce uvas
Mientras familias enteras se reunían para cenar la pasada Nochebuena, Ricardo Rueda estaba en la calle trabajando, recogiendo y llevando a personas que volvían del 'tardeo' o que salían de noche a celebrarla de otro modo. En Nochevieja repite. Trabaja en noches así porque su economía lo agradece
Cenar con la familia o con amistades, comerse las uvas al ritmo de las últimas doce campanadas del año o brindar con burbujas por el ... Año Nuevo que empieza es algo que Ricardo Rueda no hará esta Nochevieja. No es la primera vez que ocurre en su vida. En sus cinco años como taxista, este granadino de 45 años, se ha 'comido' más de una Nochevieja haciendo carreras durante horas. En su casa no agrada que trabaje días como Nochebuena o Nochevieja. Pero él lo tiene claro: esas tardes con sus noches gana más dinero que casi cualquier otro día del año y prefiere ganarse las 'habichuelas' antes que comerse las uvas. «Las uvas intentaré comérmelas en el taxi», dice.
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Es una decisión difícil porque tiene dos hijas pequeñas. «Mi familia está en contra de que trabaje estos días pero tienen que entenderlo. Si hay dinero en la calle, tienes que recogerlo sea como sea. Porque luego viene enero y las previsiones son de que este año va a ser un mes muy malo, por un lado porque la gente no tiene mucho dinero y por otro porque está el tema del covid-19».
Es la inquietud que las nuevas variantes del coronavirus ha generado en las últimas semanas. «No se sabe, estamos en una incertidumbre que tiene a la gente loca. En el mismo taxi la gente te pregunta: '¿Qué sabéis vosotros'? ¿Y qué le respondemos, si yo sé lo mismo que ellos? Es una sinrazón, no hay una coordinación y no se sabe si nuestro maravilloso presidente va a limitar todo de nuevo», lamenta Ricardo, quien sí sabe, por experiencia de otros años, que la Nochevieja en el taxi es «un no parar».
Este año hay más dudas, «porque al hecho de que los estudiantes se van a sus pueblos se suma que turismo no hay prácticamente». «Llevamos mes y medio sin turismo, y entonces solo queda la mitad de los granadinos porque la otra mitad no va a salir y se van a quedar recogidos en sus casas. El trabajo, supuestamente, va a ser bueno, pero realmente es una lotería».
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a práctica de años anteriores le dice a Ricardo que Nochevieja es un día de mucho movimiento, no solo de noche, sino desde mediodía. «Ahora la moda que se ha impuesto es empezar con las comidas o el 'tardeo' a las doce de la mañana», señala. Y eso hace que la jornada se alargue más allá de las ocho horas habituales. «Ese día suelo coger el taxi a las tres de la tarde. Sigo como un turno normal, simplemente con la previsión de que esa noche va a ser muy buena de caja. Intentamos echar las ocho horas de trabajo pero hay veces que hay tanta demanda que te quedas unas cuantas horas más. Porque, claro, es dinero que estás ganando. Es como el que tiene un bar que abre a las nueve de la mañana y cierra a las diez de la noche pero sabes que, si ese día va a haber mucha afluencia, te quedas abierto hasta la una de la mañana», defiende.
El cliente 'ahumado'
En la 'Tarde-Nochevieja' el tipo de público es básicamente el mismo que en Nochebuena: «Los que salen son los mismos». Y se puede dar la circunstancia de que el mismo cliente al que ha llevado a un sitio al principio de la noche, tres o cuatro horas más tarde lo esté llevando de vuelta a casa. En otro estado, eso sí, algo más perjudicado por la ingesta de alcohol. «A veces es casi cortesía del taxista llevar a un cliente que está 'tumbado' y que casi no puede dar un paso, porque sabes que te la estás jugando si lo montas atrás y a la primera curva te 'pota' en el coche. Intentamos que eso no ocurra y, de hecho, esa noche llevamos bolsas para el tema de los vómitos», apunta Ricardo.
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Las zonas de más trabajo van por puntas horarias. «Hay veces que son todos los barrios y, por donde vas, te alquilan. Hay ocasiones en las que, por donde pasas no hay taxi, porque es una hora punta en la que todo el mundo ha cogido taxi y por donde vas, dejas a alguien y enseguida estás alquilando a otro».
Sobre las horas-punta, por la experiencia de años anteriores –«porque este año no sé cómo va a ser por el tema de la pandemia»–, apunta que sobre las nueve y media de la noche muchos compañeros se retiran de la jornada porque llevan desde media mañana. «A partir de ahí es, como digo yo, una 'orgía', por donde vas, te alquilan. En ese momento funciona cualquier parada. Estás cogiendo gente desde la estación de autobuses hasta el Serrallo, por ejemplo. La gente está como loca pidiendo un taxi. Muchas veces tienes que anular los despachos de la aplicación porque no das abasto».
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Y no solo dentro de la capital, sino hacia los pueblos metropolitanos también. «A veces vas a Albolote y de vuelta te coge alguien. Depende mucho de la suerte. Pero sí, hay mucho movimiento a los pueblos también». Y esa suerte es la que puede hacer que gane más 'habichuelas' en Nochevieja, se coma o no las doce uvas en el taxi.
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