Un viaje por España a través del colosal belén de Huétor Tájar

Parace una broma, pero son escenas representadas en el belén monumental de Huétor Tájar, un municipio de Granada que no supera los 10.000 habitantes y que recibe en Navidad a más de 25.000 visitantes que solo acuden a este punto de la provincia a ver este pesebre.

La responsable de montar este belén es la técnico de Cultura del municipio Mayca Gómez, que empieza a montar sus escenas allá por el mes de agosto debido al gran trabajo que supone, unas 2.000 horas. Son más de 100m2 de extrensión, 200 figuras y varios monumentos del país. Sí, monumentos. Porque su peculiaridad es que representa más de una docena de enclaves característicos de España que todo el mundo reconocería solo con verlos.

El Parque Güell de Barcelona, el Santuario de Covadonga, el Acueducto de Segovia, el Puente Nuevo del tajo de Ronda, la Catedral de Santiago, la muralla de Ávila, la Torre de Hércules de La Coruña, Setenil de las Bodegas, la plaza de Chinchón, las Casas Colgadas de Cuenca o la Iglesia de Huétor Tájar, que es la única que repite todos los años, son algunos de los puntos que reciben miles de visitantes todos los años y que en este belén monumental se pueden contemplar en minuatura y con escenas costumbristas. Un viaje por la España más tradicional a través de construcciones de gran tamaño.

«Hasta aquí vienen todos los años personas de Valencia, Segovia o Cuenca solo para ver el belén. Representamos escenas belenistas como el sueño de San José, su carpintería, la casa de María o la adoración de pastores, todas ellas en distintos enclaves monumentales», comenta Mayca Gómez, que no descarta animarse otro año a hacer el Coliseo de Roma o la Torre de Pisa para seguir captando adeptos. Y es que, todos los años se reconstruyen la mitad de los paisajes para renovar el interés cada año. Por aquí han pasado la Giralda de Sevilla, la Torreo del Oro o el teatro romano de Mérida.

Además de esto, el belén monumental de Huétor Tájar tiene una novedad relacionada con el medio ambiente y la pandemia del coronavirus. Se han utilizado más de 10.000 mascarillas que vecinos y personas de otros municipios han depositado en una urna para ser reutilizadas como material de construcción en esta recreación. Un proceso que se han inventado en este municipio. «Las mascarillas se ponen en cuarentena, después se trituran, se pasan por una disolución de lejía y se hierven. Con esos desechos se añaden a una pasta de escayola para conseguir una rugosidad especial», comenta la experta belenista, que ha usado este material para realizar montañas o fachadas de viviendas.

La pandemia también está presente en las figuras del nacimiento, que portan su personal e intransferible mascarilla y mantienen la distancia de seguridad. Un elemento representativo de esta era covid que estamos viviendo y que «es un guiño a la precaución que debemos tener todos, por dar ejemplo y evitar los repuntes durante esta Navidad».