El Supremo encausa a Alvise por acosar a dos eurodiputados que militaron en su partido
La Sala ve indicios para investigar al líder de SALF por hostigar a sus excompañeros Diego Adrián y Nora Junco a través de sus seguidores y revelar datos reservados para perseguirles
Cuarta causa judicial contra Luis 'Alvise' Pérez. El Tribunal Supremo ha abierto un nuevo procedimiento penal al eurodiputado y líder del partido Se Acabó La ... Fiesta (SALF), de 35 años, tras ver indicios de delitos de acoso y revelación de secretos en la denuncia de otros dos parlamentarios europeos que se presentaron a las elecciones comunitarias de junio de 2024 con SALF. Se trata de Diego Adrián y Nora Junco, quienes después dejaron la formación y finalmente se integraron en el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos.
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La Sala de Admisión del alto tribunal, en línea con el criterio de Fiscalía, ha admitido a trámite la querella interpuesta el pasado 27 de junio por Adrián y Junco y ha designado como instructor de la causa al magistrado Manuel Marchena.
Hasta ahora Alvise estaba encausado por difundir una PCR falsa del ex ministro de Sanidad y actual presidente catalán, Salvador Illa; por el presunto acoso en redes sociales a la fiscal coordinadora de delitos de odio, Susana Gisbert; y por la presunta financiación ilegal de SALF tras recibir 100.000 euros en metálico del empresario Álvaro Romillo, alias 'CryptoSpain' para gastos de la campaña de las europeas.
En esta ocasión, según recoge el auto de la Sala Segunda (Penal), los dos eurodiputados denunciaron que no solo venían siendo víctimas de una «continua campaña de hostigamiento» a través de las redes sociales como consecuencia de los mensajes que Alvise había publicado sobre ellos -en un podcast y en un canal de la plataforma de mensajería Telegram-, sino que, incluso, habían llegado a «temer por su integridad física» al revelar también el lugar en el que se encontraban o al que se dirigían.
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En ese sentido, denunciaron y acreditaron que, tras filtrarse sus direcciones de correo electrónico, sus números de teléfono y sus redes sociales, recibieron una «ingente» cantidad de mensajes ofensivos y/o amenazantes, hasta el punto de que les generaron «una continua sensación de inseguridad», llegando a modificar «sus hábitos o rutinas».
El Supremo detalla que cerraron algunas de sus redes sociales; en otras limitaron a terceros la posibilidad de comentarios; dejaron de atender llamadas telefónicas de números desconocidos; y empezaron a recibir «miles» de correos electrónicos con insultos y amenazas.
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Los eurodiputados expusieron que todo ello impedía «significativamente» su «labor parlamentaria y la propia de su ordinaria vida familiar», al margen «del constante miedo o intranquilidad que les generaba el poder ser abordados en ese contexto por la calle por cualquier desconocido».
La Sala de lo Penal entiende que la conducta de Alvise podría enmarcarse en dichos delitos, «habida cuenta de las explícitas llamadas del mismo -ya personalmente en el mencionado podcast, ya a través del canal de la aplicación Telegram que lleva su nombre y que, indiciariamente, él mismo gestiona o dirige- a que un grupo muy numeroso de seguidores expresara y desarrollara una actitud repetidamente hostil» hacia los eurodiputados.
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«Perseguidles y pedirles explicaciones»
Para el Supremo, «aparece indiciariamente justificado que a través de los mencionados canales, y para llevar a término su inicial propósito», Alvise «pudo haber facilitado y hecho público aspectos personales e identificativos concernientes a dichas personas». Y todo ello, subraya el auto, «sin que cesara en su actitud después de que muchos de sus seguidores hubieran reflejado explícitamente la intención de alterar el normal desarrollo de vida de los querellados, reiterando sus llamamientos a que resultaran hostigados como reacción a su posición política».
El tribunal aprecia «una intención voluntaria y consciente de comprometer, de manera significativa, el normal desarrollo de la vida cotidiana de sus víctimas, a partir de la persecución que pudieran desplegar las numerosas personas que llegaran a sentirse concernidas por su llamamiento público».
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Entre otros, Alvise dijo el pasado 20 de abril en el podcast 'Eclécticos Worldwide': «Perseguidles y pedirles explicaciones (a Diego Adrián y a Nora Junco). Y si tenéis que gritarle en un bar que eres un criminal, que eres un corrupto y que has votado a favor del rearme, tenéis que hacerlo vosotros, porque no lo puedo hacer yo, lo tiene que hacer la gente que nos ha votado».
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