Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, en enero de 2024 en el Congreso de los Diputados. EFE

Feijóo se lanza a arrebatar a Abascal las banderas de la inmigración y el campo

El PP busca fortalecer su flanco derecho para frenar la subida de Vox, que ya supera en las encuestas el 15% de intención de voto

Álvaro Soto

Madrid

Lunes, 8 de septiembre 2025, 00:27

El PP ha aceptado el desafío de Vox y se lanzará a competir cuerpo a cuerpo con la formación de Santiago Abascal en el terreno ... en el que la ultraderecha muestra más fortaleza. En el primer Comité de Dirección del partido, el lunes pasado en Aranjuez, el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, planteó a su cúpula los tres ejes de su estrategia para los próximos meses y además de la regeneración democrática (un frente obvio por los casos de corrupción vinculados al Gobierno), prometió dar la batalla, para fortalecer su flanco derecho, en la lucha contra la inmigración irregular y en ofrecer soluciones al campo, en primera línea de la agenda tras la ola de incendios del verano. La inmigración y el rural son dos banderas de Vox que ahora enarbolará el PP, así que en términos futbolísticos, Feijóo buscará ganar fuera de casa los puntos que necesita para consolidar su liderato en la clasificación, es decir, para despegar definitivamente en las encuestas.

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Tras un primer momento de duda para no contradecir a la Conferencia Episcopal, los mensajes del PP contra la inmigración irregular ya no pueden ser más nítidos. «Es un problema para España y lo que genera alarmismo es ignorar los problemas cuando existen», insistió este viernes Feijóo, que exige más controles de fronteras y la deportación de migrantes si cometen delitos como violaciones a mujeres. Sin llegar al tono de Abascal, que ha reclamado deportaciones masivas y ha pedido hundir el Open Arms, los populares quieren mostrar una posición firme de cara a una parte muy concreta del electorado, las clases populares y los jóvenes, potentes caladeros de la ultraderecha.

Y lo mismo sucede con el campo. Para muchos españoles, su primera imagen de Santiago Abascal fue la del presidente de Vox subido a un caballo junto al torero Morante de la Puebla en la campaña electoral de Andalucía de 2018. Desde entonces, el mundo rural, vinculado también a los toros y a la caza, se ha acercado a la ultraderecha. Cerca de cumplirse un año de la dana de Valencia y con los últimos rescoldos de los incendios todavía calientes, el PP vuelve a mirar a los pueblos para recuperar el apoyo de la España vacía.

Aunque asumen que Pedro Sánchez intentará agotar la legislatura, los populares no descartan que nuevas revelaciones sobre la corrupción puedan hacer caer al Gobierno y provocar elecciones anticipadas. Por eso Feijóo ha activado el modo electoral y por eso mira con detalle los datos demoscópicos, que sitúan al PP en el entorno de los 150 diputados y a Vox rondando los 50. Pero más que los parlamentarios, los populares escudriñan los porcentajes, y ahí ven que el partido de Santiago Abascal está ahora mismo en el 16%, ligeramente por encima del 15%, la cifra mágica que permite a un partido conseguir el último escaño en las circunscripciones medianas y pequeñas y dar así un buen salto en el número de representantes.

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«Un partido para la mayoría»

No es casual, por tanto, las referencias de Feijóo a los porcentajes de voto en su acto del pasado lunes. «Nosotros somos un partido para la mayoría de los españoles, no para el 12%, el 13%, el 14% o el 15%. Hacemos políticas de Estado y no políticas concretas para exacerbar los ánimos de una proporción de la población que está absolutamente en contra del Gobierno, una posición que, por otra parte, yo comparto», dijo el líder popular desde su atril. Después, en una conversación con los periodistas, fue más concreto.

«Las encuestas devuelven a Vox al entorno del 15% de voto que ya obtuvo en 2019, cuando logró los 52 escaños que ahora recuperaría. El PP, en 2019, logró 89 escaños y ahora está en el entorno de los 150. Por tanto, el crecimiento de Vox en este mes no debilita al PP ni las perspectivas de un cambio de Gobierno, porque obtendríamos más escaños que todos los partidos del bloque de investidura de Pedro Sánchez. Eso sí: ¿me conformo con los 150 escaños? No».

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Pero en el PP no obvian que Vox tiene su propia hoja de ruta, ir al choque sin miramientos contra Feijóo, y reconocen que por ahora, esta táctica le está dando muy buenos resultados. A la misma hora en que Feijóo espoleaba a los suyos en Aranjuez, Santiago Abascal se explayaba contra los populares. «El problema del PP no es sólo de debilidad, es de estafa. ¿Qué está protestando el señor Feijóo? Si ha pactado el reparto del Consejo General del Poder Judicial con Sánchez, si se ha repartido el Tribunal Constitucional con Sánchez», dijo Abascal, que situó casi al mismo nivel al PSOE y al PP: «En España hay una mafia en el Gobierno y una estafa en la oposición, y Vox no va a ser cómplice de ninguna de las dos».

En el Congreso Nacional del PP, celebrado en julio, Alberto Núñez Feijóo dejó claro que nunca gobernaría en coalición con Vox, un partido al que no consideran de gestión, sino de agitación, como a su juicio quedó demostrado cuando los de Abascal abandonaron los Ejecutivos autonómicos en julio de 2024. Pero para conseguir ese objetivo, reconoce el líder popular, necesita sumar más escaños que todo el bloque de investidura, y un Vox demasiado fuerte es su principal obstáculo.

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