La Universidad rehabilitará su Instituto de Investigación del Agua con 4,7 millones

Con un presupuesto de licitación que asciende a 4.779.852,49 euros y un plazo de ejecución estimado en 18 meses, el proyecto contempla mejoras significativas orientadas tanto a la funcionalidad del edificio como a la eficiencia energética, todo ello desde «una perspectiva de conservación y puesta en valor de su arquitectura original».

El proyecto ha sido redactado por la UTE Ortiz y Asociados-Grupo SCO y será supervisado por la Unidad Técnica de la Universidad granadina. Ha sido la propuesta más «económica». Este inmueble que acoge a investigadores que centran sus trabajos sobre esta disciplina está en la calle Ramón y Cajal.

Es un instituto de investigación propio de la universidad granadina fundado, según recoge en su propia página web, hace dos décadas y media, para aglutinar grupos de investigación, recursos y medios instrumentales suficientes que permitan «el avance del conocimiento, el desarrollo y la innovación en todos aquellos temas relacionados con el agua, considerada como recurso, como agente geodinámico o como soporte de la biosfera». Hay científicos con especialización en las diferentes parcelas relacionadas con el agua. Y secciones sobre ecología acuática, hidrogeología y recursos hídricos así como microbiología y tecnologías ambientales.

Esta intervención, promovida por el vicerrectorado de Infraestructuras y Sostenibilidad, tiene como objetivo adaptar el inmueble a las necesidades actuales derivadas del notable crecimiento de los grupos de investigación en las últimas décadas, consolidando así su papel estratégico dentro del sistema universitario y científico, según informa la institución universitaria granadina.

El inmueble, que dispone de una superficie construida de 2.407 metros cuadrados (103 metros cuadrados bajo rasante y 2.303 metros cuadrado sobre rasante), no presenta problemas estructurales de calado, según informa la UGR. Esto permite centrar los esfuerzos en la redistribución interior de espacios, la renovación de envolventes y acabados, así como la introducción de sistemas que respondan a los estándares contemporáneos de habitabilidad, seguridad, sostenibilidad y eficiencia energética. Trabajos con incidencia en la población en general.

Eliminar tabiques

Entre las actuaciones más destacadas, la UGR enmarca la reorganización de la compartimentación interna, orientada a optimizar el uso del espacio y responder a un programa de necesidades extenso en una superficie relativamente limitada. Están programadas acciones que eliminarán tabiquerías «innecesarias» y utilizarán paramentos transparentes en aquellas zonas donde sea necesaria la separación, lo que permitirá «ganar en permeabilidad visual y minimizar la sensación de compartimentación excesiva». Del mismo modo, en la configuración de puestos de trabajo han apostado por un diseño que se integra en áreas compartidas estando este modelo alineado con la nueva política dirigida a impulsar el trabajo multidisciplinar, así como a una optimización del espacio, en la universidad granadina.

La nueva imagen estará vinculada por la sustitución de las carpinterías exteriores por otras más eficientes desde el punto de vista térmico y acústico; implementarán aislamientos térmicos en los cerramientos, y renovarán los sistemas de iluminación, el cableado (incluyendo dotación de fibra óptica), los suelos y techos, así como las instalaciones necesarias para el funcionamiento adecuado de los laboratorios.

En el exterior, la rehabilitación también incidirá en la mejora de la imagen general del edificio y su entorno inmediato. El proyecto incluye la intervención sobre el espacio residual entre los dos volúmenes que conforman el conjunto para articular tres zonas ajardinadas (jardín de entrada, patio central y jardín trasero), con un diseño «coherente» en mobiliario y acabados que contribuirá a dotar al edificio de una identidad ordenada, funcional y acogedora.

Descarbonización y eficiencia

Esta actuación da cumplimiento a uno de los principales objetivos que se integran en el de Plan de Necesidades de Infraestructuras (PNIUGR 2025-2029) como es el de la descarbonización de las instalaciones y el fomento y mejora de la eficiencia energética en los edificios de la Universidad granadina, contribuyendo a la consecución de la sostenibilidad ambiental a través de la reducción del consumo de energía, reportando resultados en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y combatiendo así el cambio climático.

En cuanto a la mejora de la eficiencia energética, el edificio data del año 1960 y se trata, por tanto, de una construcción con una envolvente poco eficiente y unas instalaciones antiguadas con un consumo energético muy elevado que, además, incumplen la normativa actual que les es de aplicación. La actuación que se propone resuelve estos problemas al intervenir en aislamientos y carpinterías (envolvente), instalaciones interiores y sistemas de producción, pasando de un consumo de energía primaria no renovable actual de 158,86 kWh/m2 año (letra D) a un consumo tras la intervención, reformado, de 49,34 kWh/m2 año (letra A). Es decir, un ahorro de 109,52 kWh/m2 año (68,94 %).

La implementación de todas las medidas que refleja el proyecto de rehabilitación supondrá reducir en dos tercios el consumo de energía primaria no renovable y la consecuente reducción en la emisión de dióxido de carbono en comparación con el estado actual del edificio. Esto significa que habrá una mejora en eficiencia energética del edificio de tres etiquetas, pasando de la D a la A, correspondiente a la mejor valoración posible en cuanto a eficiencia de los edificios.

En paralelo, también contempla el proyecto, según la información facilitada por la UGR, la recuperación y conservación de los valores formales y arquitectónicos originales del edificio, eliminando elementos añadidos que distorsionan su diseño, y restituyendo revestimientos y acabados originales. «Esta actuación no solo permite mejorar las condiciones técnicas y de confort, sino también garantizar la transmisión del patrimonio arquitectónico universitario a futuras generaciones», defienden desde la institución.

La intervención permitirá la mejora de una infraestructura científica de un campo clave para el futuro como es el agua. Con el fin de ser referencia y el desarrollo de proyectos de investigación punteros.