Graduaciones reducidas y orlas con menos estudiantes

Los estudiantes de cada escuela y facultad están pendientes de cómo podrán celebrar la despedida de su etapa universitaria. No está siendo fácil y no tienen nada cerrado. María Ramírez, de la delegación de estudiantes de la Escuela de Edificación, explica que están preparando la graduación de la promoción 2016-2020 y la de 2017-2021. El año pasado no hubo. Quieren que sean dos eventos diferentes, cada uno en un día distinto. Han pedido permiso para que pueda ser al aire libre, en la entrada de la escuela en el campus de Fuentenueva. Antes de la pandemia la hacían en el salón de actos. Los grupos serían de unos treinta estudiantes y han planteado que pudieran asistir algunos familiares.

En la Facultad de Medicina no hay nada concreto aún. Jesús, uno de los estudiantes que está en la organización del evento, explica que la intención es poder hacerla estando los universitarios. Están vacunados porque están haciendo el rotatorio –las prácticas– en los hospitales. No hay ni fecha ni lugar.

Desde el Palacio de Congresos, que es donde se hacía esta graduación y otras muchas, concretan que para junio no tienen, de momento, ninguna celebración de este tipo. Hablan de fechas posteriores al verano, para septiembre y octubre, pero tampoco hay nada específico en el calendario.

Sin covid-19 ya hubiera habido varias celebraciones de este tipo en este mes de abril. Y continuarían en mayo y julio. Sin ningún fin de semana vacío. El Palacio de Congresos, por ejemplo, en 2019 celebró más de 25 graduaciones a las que asistieron unos 3.700 estudiantes acompañados de sus familias. Los alumnos estaban casi todo el curso preparando estos eventos. Lo hacían de forma particular los estudiantes, aunque acudieran decanos o directores y los profesores que eran padrinos o madrinas. La UGR se desligaba, como ocurrió el año pasado cuando se suspendieron algunos actos en el Palacio de Congresos por la pandemia y los aforos. La Universidad dijo que no tenía nada que ver.

Hay facultades que estos actos los solían hacer en sus aulas magnas. Es el caso de Ciencias. Este año dicen que se ceñirán a lo que diga el vicerrectorado de Estudiantes. Han estado entregando estas semanas las becas a los universitarios de la promoción 2016-2020, que debió graduarse el año pasado, pero no pudo ser por la pandemia. Son solo algunos ejemplos.

Las graduaciones no están siendo fáciles. Hay quienes barajan la opción telemática, pero tampoco tienen claro qué pasará. Las grandes fiestas y comidas directamente no están siendo ni se esperan, al menos, tan masivas como antes de la pandemia.

Las orlas son otras de las patas afectadas. Los universitarios de la promoción 2017-2021 tendrán un recuerdo de compañeros más mermado porque han sido menos los que se han fotografiado. Javier Cea, Orla Tecnofoto, que llevan años haciendo estos encargos, comenta que hay menos estudiantes que antes de la pandemia. No ha habido clases presenciales durante muchos meses y los alumnos estaban fuera de Granada. En este estudio hacen orlas de una treintena de carreras. En otras tiendas granadina que hacen orlas han notado esta tendencia.

Javier explica que el proceso ha sido más lento. Los estudiantes han ido uno a uno. Han cumplido las normas sanitarias. Solo se quitaban la mascarilla en el momento de la foto, cada vez desinfectaban la vestimenta y va con algo más de retraso la finalización del proceso. Si otros curso había tres o cuatro orlas en las que había más profesores que estudiantes este año pasará en ocho o nueve.

André Moitinho, delegación de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, explica que todavía no está la orla, pero esperan tenerla pronto. Estudia cuarto del grado en Marketing e Investigación de Mercados. «Por ese lado está todo encaminado», añade. Lo que no lo está y ni se ha comentado es el viaje de fin de carrera porque se «entiende imposible» por la covid-19.

Por segundo año consecutivo los viajes se caen de la agenda de los universitarios y las graduaciones se modifican. Hay que recordar que este ritual académico mueve cada año millones de euros. Las familias vienen a Granada y gastan dinero en hoteles, restaurantes y negocios de la ciudad; y el evento está aparejado a varios sectores, desde las floristerías a las becas-bandas.

Este final de curso, antes o después del verano, no está aún escrito en el tema graduaciones, orlas y viajes universitarios.