Pilar Aranda critica el plan de financiación y reclama un reparto equitativo

Al margen de la covid-19 la rectora de la institución universitaria granadina, Pilar Aranda, aprovechó su intervención ayer sábado en el solemne acto para saludar el «esfuerzo» del Gobierno andaluz para aprobar las bases del nuevo sistema de financiación. Si bien, reclamó un modelo «estable que garantice un reparto equitativo basado en criterios de suficiencia financiera, pero también en resultados, y que establezca incentivos y medios para una planificación estratégica con el objetivo de impulsar nuestra diversidad».

Aranda dejó negro sobre blanco, en su discurso, que el modelo presentado «no colma completamente» la legítima aspiración a un trato adecuado que compense un reparto en el que «nos sentimos perjudicados una vez más y que ha venido penalizando sistemáticamente a la Universidad de Granada, y que es una reivindicación que esta institución ha defendido y dirigido de forma reiterada a los distintos gobiernos andaluces durante años». La rectora justificó esta petición «no por un afán de construir un nuevo piso en la torre de marfil de la Universidad, sino porque necesitamos recursos que nos permitan seguir haciendo lo que los resultados dicen que hacemos bien, situados entre las 300 mejores universidades del mundo: la segunda española, la primera andaluza». Pilar Aranda puso en valor, además, la aportación que hace la UGR al tejido económico de Granada, que supone más del 6% del PIB.

El consejero de Transformación Económica y Universidades, Rogelio Velasco, respondió que en junio se aprobaron las bases y detalló que ahora están trabajando con las universidades en la segunda parte que se sustentará en una guía de variables y fórmulas de cálculo que se tomarán como referencia para la asignación de los recursos.

Rogelio Velasco avanzó que la intención es aplicarlo en el año 2022. Además, defendió que la nueva distribución promoverá la excelencia y el rendimiento docente e investigador.

La rectora mostró su «lealtad institucional y compromiso» para que el plan «se cierre de forma satisfactoria para los intereses de la Universidad de Granada y para el sistema andaluz en su conjunto». Esto llega tras más de una década con el modelo de financiación sin actualizarse.

Otro de los temas de actualidad es la nueva Ley de Universidades, que ha presentado el Gobierno central. Aranda recordó que la UGR, como el resto de universidades españolas, necesita acometer «grandes cambios estructurales». Dijo que espera que este proyecto de ley sirva para situar a las universidades en la agenda política y haya un debate amplio sobre lo que quieren. La rectora repasó algunos de los aspectos positivos que plantea para erradicar la precariedad, inversiones en planes de investigación, entre otros aspectos. El consejero Velasco, por su parte, comentó que está en desacuerdo «con bastantes» aspectos de la nueva ley de universidades. A la aprobación de esta normativa ligó los avances en el nuevo decreto andaluz de ordenación de las enseñanzas universitarias que está preparando su departamento.

De dinero se habló también en temas relacionados con la investigación. Desde 2019 la consejería ha aprobado 308 millones de euros para fomentar la investigación. Velasco avanzó que antes de que finalice el año habrá dos nuevas convocatorias de incentivos: una de 38 millones dirigida a apoyar proyectos de I+D+i y la segunda edición del Programa Emergia, centrado en la atracción de talento investigador de relevancia internacional y que estará dotado con 18 millones.

Estas son peticiones y acciones a corto, mediano y largo tiempo. Entre tanto la actividad docente arranca mañana lunes con la vista puesta en la flexibilización de las medias anticovid. El documento por el que se rigen en estos momentos fue aprobado el día 16 de julio, cuando los índices de la pandemia eran peores.

El consejero Rogelio Velasco y los rectores andaluces han pedido esta semana cambios y que se favorezca la máxima presencialidad. «Nuestro deseo es que el curso sea lo más normal posible», anheló la rectora, que destacó la apuesta de la UGR «por la máxima presencialidad, cumpliendo escrupulosamente los protocolos sanitarios y las medidas vigentes que solicitamos todos los rectores que se flexibilicen urgentemente». Tanto el consejero como la rectora hicieron un llamamiento a la responsabilidad de todos. «Tenemos la obligación de convertirnos en ejemplo y en agentes cotidianos de salud pública en este contexto de pandemia. Esa será sin duda la mejor vacuna y nuestra mayor contribución a la erradicación de la pandemia», demandó Aranda. La UGR contará en los campus con dos puntos de vacunación, uno en Cartuja y otro en Centro-Fuentenueva.

Velasco agradeció el «enorme esfuerzo» y la capacidad de adaptación de la UGR en estos tiempos de pandemia. No han sido tiempos fáciles y, por eso, Aranda terminó su intervención con unas palabras de agradecimiento a su equipo, en el que incluyó a sus compañeros rectores, decanos, directores de departamento, delegación de estudiantes y su propio equipo de gobierno. En su discurso guardó un amplio espacio para los estudiantes.

Antes habló de grandes proyectos, como son el acelerador, la azucarera de San Isidro, la estrategia dones-UGR con un nuevo edificio en Escúzar, la «oportunidad» de los Next Generation, el centro de inteligencia artificial entre la Universidad, Indra y Google. Mencionó el plan estratégico, el campus Arqus, entre otros.

Pedro Antonio García, catedrático del departamento de Estadística e Investigación Operativa, pronunció en la lección inaugural la aplaudida conferencia 'Relaciones Laborales, Recursos Humanos, Estadística y Sociedad'. La secretaria general de la UGR, María Asunción Torres, anotó los datos de la memoria del curso anterior. La rectora Pilar Aranda deseó «mucha salud» para este curso.

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