El Linares Deportivo arranca la semana líder de su grupo

La afición minera está eufórica y no es para menos. El domingo a las 12:00 viene un Pontevedra que ha tenido un inicio de liga más irregular, que viene de perder 2-0 en Mérida y la ciudad minera debe dar también un paso al frente para recuperar las entradas de más de 4.000 espectadores de los años más brillantes en la categoría de bronce.

Por otro lado, en el vestuario, Alberto González explicó que «mientras nosotros tengamos los pies en el suelo y las ideas claras, que fuera se viva con euforia. La gente tiene derecho a vivirlo a su manera y sentirlo con la máxima euforia, para eso tienen su trabajo toda la semana esperando que llegue el momento del partido y yo no se lo voy a quitar».

Y añadió que «desde dentro igual, disfrutar cada minuto a tope, sin perder los pies del suelo, sabiendo nuestras posibilidades y ese punto de humildad de conocer nuestros puntos débiles y nuestras carencias. Soñar es gratis y no vamos a dejar de hacerlo nunca».

La primera parte del Linares en Fuenlabrada fue escandalosa, los mejores 45 minutos de este curso y quizá de lo mejor que se le ha visto al equipo en las últimas temporadas. La defensa estuvo imperial, el centro del campo solvente y en ataque Fermín fue un brillante director de orquesta con dos asistencias de pura calidad. Le faltó sólo marcar su gol, lo evitó el meta Pol.

«Ya el otro día me gustó la imagen que dimos contra el Alcorcón, se vio que estamos más cerca de lo que estamos buscando, pero hacerlo fuera de casa y contra un rival tan fuerte como este, en un campo que no está para nada en buenas condiciones, conseguir adáptate a todas esas circunstancias y la primera parte tan brillante que hicimos, con tantas ocasiones de gol, siendo el partido que más ocasiones a favor hemos tenido, creo que sí que se ha visto una evolución grande», valoró.

Para Alberto tiene mucho más mérito haberle aguantado el tramo final al Alcorcón cuando sacó todo su potencial ofensivo, redujo distancias y embotelló a los mineros, que a la contra pudieron matar, pese al cansancio acumulado y lo pesado que estaba el campo.

«La dificultad más grande es cuando está cerca el cierre de partido con el marcador ajustado y hay que ver la personalidad del equipo. Se ve más en esos momentos difíciles que en lo fácil cuando te encuentras bien, con un rival que no te lee y puedes desarrollar tu juego con fluidez. Ahí gustarte es más sencillo, más cuando te pones tan pronto con marcador a favor», destacó, sin que su escuadra tuviera dudas y mostrándose tranquila defendiendo sin equivocarse.

Este genial arranque de liga, ganando semana sí y semana también, debe ayudar al equipo para que «el sentimiento de orgullo vaya saliendo, creyendo en lo que haces y en tus posibilidades, que le puedes ganar a cualquiera. Que sirva de aliciente para hacernos ver que se puede, pese a las dificultades, al presupuesto más bajo y a tener rivales de superior categoría, que sigamos trabajando para que se pueda dar más veces».

González recordó que no hay secretos, ni fórmulas mágicas. «Trabajamos desde la normalidad. Intentamos cada día mantener ese nivel de concentración alto en lo que hacemos, coger conceptos, meter la misma intensidad que metemos el miércoles, sabemos que en el partido es darle continuidad a eso. Es fruto del día a día, un trabajo que se hace con tranquilidad, pero con exigencia grande. Cuando lo afianzas, te da el poder competirle a cualquiera».

Ernestas volvió bajo palos, con una protección nasal, pero cuajó un partido igualmente completo, gracias también a que sus compañeros en defensa estuvieron casi perfectos y no dejaron que la calidad del Fuenlabrada aflorase en exceso.

«Ernestas salió por el golpe en la nariz, pero ya era la idea que los dos porteros nos dan muy buen nivel desde pretemporada y que cualquier jugador de cualquier puesto que haga las cosas bien, yo me encargo de buscarle su sitio. Esa es nuestra filosofía. Si los dos están bien, tendrán su oportunidad de competir», añadió en relación a la competencia entre Samu Caso y Ernestas por el puesto.