Una ruta ballestera conmemora la Batalla de las Navas de Tolosa

La marcha, que llegaba trece años después del VIII centenario de la contienda, partió a las 7 de la mañana de Vilches y tras recorrer a pie 12 kilómetros transitó por La Carolina hasta alcanzar Las Navas de Tolosa. El medio centenar de peregrinos, acompañados por cabalistas y ciclistas, conmemoraron el triunfo de la Cruz con una ofrenda floral al tiempo que desarrollaron un acto de hermanamiento, desayuno campestre incluido, entre los Ballesteros de Vilches y los vecinos de Navas de Tolosa. Posteriormente los caminantes se dirigieron a Santa Elena y visitaron el Museo de las Navas. En las tres localidades se celebraron encuentros de hermandad y comidas condimentadas al estilo de los pueblos de Sierra Morena.

La caminata constituía el capítulo principal de una serie de encuentros culturales e históricos celebrados en los días previos dentro de estas 23 Jornadas Conmemorativas de la Batalla de Las Navas de Tolosa y Toma de Vilches. Otros momentos solemnes tuvieron lugar con una excursión nocturna hasta las inmediaciones de Miranda del Rey en Santa Elena para llegar al campamento en el que se estableció el ejército cristiano la víspera de la batalla; el izado del pendón de las Navas en el castillo de Vilches; la escenificación de la proclama de la toma en la puerta de la ermita de la Virgen del Castillo; un concierto medieval a cargo del grupo Samarkand y la exposición en la Casa de la Cultura de la muestra 'Oratores y Bellatores' (Clero cuya función era rezar y nobles encargados de la guerra y la defensa militar). La muestra mostró miniaturas, réplicas de vestuario, armamento y artefactos medievales, todo bajo la organización del profesor de Historia Agustín Camacho.

Durante las Jornadas tampoco faltó tiempo para visitar los trofeos y reliquias atribuidos a la Batalla que se conservan en el templo parroquial de San Miguel Arcángel. Entre ellos se la cruz de guía del arzobispo de Toledo Rodrigo Ximénez de Rada, que portaba su cruciferario Domingo Pascual; la casulla con la que el prelado toledano celebró la misa antes de la contienda; la pica lanza del rey árabe Miramamolín y la bandera, que constituye el vestigio más significativo de cuantos encierra la vitrina de la iglesia vilcheña..