'Resucitando' el Jaén más lejano
La provincia vive un idilio con la arqueología y sus yacimientos, defendiendo su valor patrimonial y apostando por ellos como recurso turístico y económico
Lq mítica Atlántida de Platón existió y estuvo, ni más ni menos, que en Jaén. Hace algo más de dos años y medio, en ... marzo de 2017, National Geographic emitió el documental 'El Resurgir de la Atlántida' que elucubraba con esta más que osada suposición, producido por el conocido cineasta James Cameron, director de Titanic o Avatar, entre otras grandes superproducciones. Trataba de dar argumentos para defender que era posible que, junto a otros enclaves, la legendaria ciudad se ubicara donde se encuentra hogaño la actual capital jienense o fuera al menos por su arquitectura y progreso para la época una 'ciudad hermana'. Su emisión, con imágenes y testimonios en el paraje Marroquíes Bajos, tuvo una repercusión enorme y revolucionó a los jienenses, con multitud de colectivos y administraciones pronunciándose al respecto y pidiendo protección especial para la zona y que se pusiera en valor, algo que, parece, empieza a pergeñarse. Más allá de la verosimilitud de la afirmación, que la mayoría de historiadores descarta (no que la Atlántida de Platón estuviera en Marroquíes Bajos, su mera existencia real), demostró el enorme poder de atracción que tiene el pasado más lejano sobre nosotros y el potencial que alberga para generar recursos para el presente y el futuro, desde culturales a laborales, turísticos o económicos. En Jaén no era algo nuevo y no sólo porque hablemos de arqueología. El patrimonio arqueológico jienense es apabullante. Y sin necesidad de tirar de mitos o leyendas, con la erudición más absoluta en la mano.
No son pocos los senderistas que se han topado por estos lares con monedas de cobre antiquísimas, útiles o herramientas y hasta vasijas dándose una simple vuelta por el campo o excavando un poco en cualquier yacimiento sin control. Por fortuna, hace ya bastantes años que la provincia es consciente del valor de estos hallazgos, de la importancia de respetarlos y cuidarlos como algo público y de todos, y ha comenzado su apuesta para defenderlo, investigarlo y explotarlo. Jaén vive un idilio con la arqueología.
«Excavar es abrir un libro escrito en el lenguaje que los siglos han hablado dentro de la tierra», aseguraba Spyridon Marinatos, uno de los principales arqueólogos griegos del pasado siglo. Jaén ha entrado en el XXI con su libro particular abierto de par en par, con la huella conservada en la actualidad de las muchas civilizaciones y pueblos que han pasado por esta tierra, a través de los yacimientos de Puente Tablas (Jaén capital), Cástulo (Linares), la villa romana de Bruñel (Quesada), las cámaras funerarias de Toya y Hornos (Peal de Becerro), Peñalosa (Baños de la Encina), el oratorio rupestre de Valdecanales (Rus), el yacimiento romano de Obulco y el anfiteatro y el Cerrillo Blanco (Porcuna), Santa Potenciana (Villanueva de la Reina), Domus Herculana (Alcalá la Real) o el asentamiento ibero de Castellones de Ceal (Hinojares. No faltan ejemplos.
Las primeras excavaciones en la provincia se remontan a principios del siglo pasado, con algunos hitos en la década de los sesenta y los setenta, como el hallazgo de valiosísimas esculturas iberas de enorme calidad artística en Cerrillo Blanco, en Porcuna, allá por 1975, punta del iceberg del actual rico patrimonio provincial de esta índole. Con la declaración de la autonomía andaluza y el aumento de fondos hubo un 'boom' de trabajos y yacimientos. A finales de los noventa, cuando la Diputación visibilizó que había que recuperar y promocionar como recurso turístico el legado íbero de la provincia, el resto del mundo también constataba el tesoro patrimonial que conservaba Jaén. Todo se desencadenó en 1998, con la exposición «Los íberos. Príncipes de Occidente», presentada en el Grand Palais de París y otras ciudades, que se convirtió en todo un acontecimiento europeo especial. Con el empuje de la Asociación Amigos de los Iberos fue el germen del actual Museo Íbero de Jaén.
Entre los máximos exponentes y 'pioneros' en sacar partido del pasado en la provincia se encuentra Cástulo, de la época íbero-romana y a cinco kilómetros de la ciudad de Linares, paradigma de «créerselo» y hacer bien muchas cosas. Miembros del Laboratorio de Análisis e Innovación Turística (LAInnTUR) de la Universidad de Jaén (UJA) presentaron recientemente los resultados de un estudio en el que se destacaba su papel como recurso turístico, a partir sobre todo de hallazgos tan importantes como el Mosaico de los Amores en 2012, tras retomarse los trabajos de excavación iniciados décadas antes, o el descubrimiento de la escultura iberorromana de un león mejor conservada de España, incrementándose sustancialmente el interés de los potenciales visitantes.
Incluso gozó de repercusión internacional (fue nombrado como uno de los descubrimientos más importantes del año por la revista National Geographic). A partir de ese momento, las cifras de público tuvieron una subida en líneas generales.
Visitante 'de calidad'
En 2017 registró su pico con 40.629 visitas, descendiendo algo desde entonces. Pero no sólo es importante el número, sino también el tipo de visitante que mueve este tipo de 'reclamos'. Las encuestas de este equipo de investigación dibujan un perfil de visitante nacional (97,6%), de entre 40 a 59 años (47,2%), que prefiere viajar en pequeños grupos familiares y/o de amigos (67%) y en su mayoría con estudios superiores (49,5%) y en situación laboral activa (48,6%). Un turista de los considerados de calidad por sus posibilidades económicas.
Tres décadas de investigación acumula la ciudad fortificada de Puente Tablas, a unos siete kilómetros de Jaén. El yacimiento evidencia su gran valor patrimonial a través de una amplia ocupación humana del lugar, desde la Edad del Bronce hasta época Islámica, pero la fase más importante es el periodo ibérico, principalmente el siglo IV a.C. Se puede entrar a la ciudad caminando por donde en su día lo hicieron los antiguos pobladores del oppidum y atravesar la conocida Puerta del Sol. Las visitas teatralizadas o el equinoccio son ya habituales para atraer al visitante.
En la denominada parcela C de Expansión Norte, en la capital, el Ayuntamiento ha anunciado la creación del Parque Arqueológico de Marroquíes Bajos, a pocos metros del centro de salud del barrio del Bulevar. Ya se ha conocido que en él alumnos del grado de Arqueología realizarán prácticas. Yhay mucha tela que cortar aún. Tan solo se ha excavado en estos últimos 25 años un 15% de la parcela C, con 6.000 metros cuadrados del que «probablemente uno de los yacimientos más importantes del Sur de Europa, con una antigüedad de más de 5.000 años».
Sigue el camino de Cerrillo Blanco, punta del iceberg del patrimonio de la provincia en este campo durante años, con un túmulo funerario de época tartésica (siglo VII, a C.) con 24 sepulturas en fosa y una megalítica con dos individuos y una pieza extraordinaria para comprender la propia historia de la Alta Andalucía y de todo el mundo ibérico en general.
De lo hallado en todos estos yacimientos se han nutrido museos y enclaves diseminados por la provincia (incluso nacionales, como el Tesoro del Perotito, de Santisteban del Puerto, expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid). El gran referente y la mayor apuesta económica al respecto es el Museo Íbero de la capital, único de esta naturaleza.
Fiestas y autoestima
Llamado a ser el 'epicentro' de la cultura íbera y un polo de atracción turística en Jaén no ha terminado de despegar dos años después de su inauguración (el 11 de diciembre de 2017), pese a sus 27 millones de euros de inversión, en gran parte por la falta de la exposición permamente. El anuncio reciente de que será nacional podría significar un empujón considerable. En la primera mitad de este año registró 20.848 visitas. El Museo Arqueológico de Úbeda lo superó con 24.313.
No sólo de los propios yacimientos, rutas y museos vive la arqueología jienense ni ha revivido en nuestros días. Han surgido multitud de iniciativas como los Juegos Íbero-Romanos de Cástulo y otras muchas fiestas y jornadas. Y es que la 'Jaén' más lejana en el tiempo ha encontrado en la más vanguardista un claro aliado. Ahí está la apuesta de la UJA por la arqueología destacada por el rector Juan Gómez «como uno de los puntales que soportan de manera especial la labor investigadora de la UJA, tanto en cantidad como en calidad, y que tan buenos resultados nos aporta».
La Universidad detrás
La Universidad ha impulsado, con vocación de continuidad, la Bienal de Arqueología «El Patrimonio Arqueológico: Gestión, Investigación, Protección, Conservación y Transferencia», organizada por el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén a través de la Cátedra Calderón-Arqueólogo Manuel de Góngora, celebrada el pasado fin de semana en el Museo Íbero.
La sensibilidad es tal que ha llevado al Ayuntamiento de Torres al cerramiento hace unas semanas de la cueva de El Morrón, que alberga las pinturas rupestres más antiguas de la provincia, de unos 20.000 años de antigüedad, para proteger este Bien de Interés Cultural (BIC).
Noticias como la reciente de las ochocientas piezas expoliadas en yacimientos arqueológicos de la provincia en el marco de una operación policial bautizada como «Fauno», duelen en el alma, pero la concienciación al respecto es mayor que nunca.
Existe otro tipo de plus inmaterial que da este patrimonio cultural y artístico, que tiene que ver con el orgullo de los habitantes de una zona de estar asentados y ser 'descendientes' de un pueblo con Historia, algo nada desdeñable en una provincia donde no sobra a menudo autoestima.
No es oro todo lo que reluce pero con el apoyo de las administraciones, la Universidad e iniciativas privadas, Jaén ha visto en el pasado una oportunidad de futuro. Y parece dispuesta a aprovecharla.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión