Miles de velas convirtieron en mágico el casco antiguo de Quesada
La velada nocturna contó con actividades culturales repartidas por varios puntos de los más de tres kilómetros del itinerario previsto
José Antonio García-Márquez
Jaén
Domingo, 15 de junio 2025, 13:39
Quesada vivió el pasado sábado momentos mágicos con su 'Noche de las velas', cita cultural organizada por el Ayuntamiento con la que el consistorio pretendía ... promocionar, dinamizar y atraer el turismo a la ciudad de la sierra. Por medio de esta iniciativa, que abría paso un denso programa de actividades culturales, el casco histórico apagó sus luces convencionales para iluminarse con cerca de diez mil velas que permanecieron encendidas hasta la madrugada del domingo. Los paseantes pudieron transitar de este modo por los rincones más señeros de Quesada y disfrutar de la experiencia única de contemplar su zona monumental a la luz de las velas.
La Plaza de La Lonja, la Muralla de la calle Cinto, El Arco de la Manquita de Utrera, la Plaza del Pozairón y los Miradores del Paseo de Santa María y de Rafael Zabaleta fueron algunos de los espacios emblemáticos cautivados por la luz del fuego que iluminaba las pupilas en un ambiente telúrico, misterioso y mágico. Al caer la noche las paredes encaladas de las casas del día dieron paso a las miles de velas colocadas por un equipo de voluntarios. Las personas paseaban con tranquilidad por el recorrido perfilado y disfrutaban de una atmósfera nunca vista.
La velada nocturna contó con actividades culturales repartidas por varios puntos de los más de tres kilómetros del itinerario previsto. Se desarrollaron cuentacuentos que relataron leyendas de las tradiciones y el folklore quesadeño como las historia de 'Los Martinicos', 'El Aguilón del Loco' o de 'La Manquita de Utrera'. El encuentro con la magia, la cultura y las luces contó asimismo con una actuación de piano a cargo de Cristina Rodríguez y Sara Barba; el canto del Himno a Quesada y la musicalización de los romances 'De la muralla', 'Un criminal mató a su esposa porque tenía celos de su hijo', 'Hermana reina y cautiva', 'La mala suegra' y 'La hermosa cautiva'.
La noche se completó con una vistita guiada a la Iglesia de San Pedro y San Pablo y se remató con la subida a su campanario en el que se presentaba a título póstumo la exposición de fotografías de Tony Keeler, el artista de origen norteamericano nacido en Glen Ridge (1933), fallecido en Sitges (Barcelona, 2016), que visitó Quesada en dos ocasiones (1970 y 1983) dejando un legado de fotos de época sobre la realidad de la ciudad de la sierra de gran valor artístico. Sin duda, una de las exposiciones más íntimas, líricas y sensibles de las desarrolladas en Quesada en los últimos años.
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