Homenaje a los orcereños víctimas del nazismo

Entre ellos estaban Antonio Berjaga o Bernardo Blázquez, personas que «hay que recordar, visibilizar y reconocer», según ha subrayado el presidente de la Diputación, quien ha valorado la oportunidad de realizar actos como este en el que se ha instalado un monumento conmemorativo que «nos recuerda un pasado que no podemos repetir y también aquello que debemos proteger: la libertad, el respeto por los Derechos Humanos y la Democracia».

Antonio Berjaga Nieto nació el 12 de abril de 1914. Como tantos otros mozos, tuvo que incorporarse al servicio militar en 1935. El golpe militar contra la República le sorprendió como soldado de reemplazo y en la práctica supuso que no volviera a ver su tierra nunca más. Al cruzar la frontera se refugió en Angulema (Francia) e ingresó en el campo de refugiados de Les Aliers. Tras la ocupación alemana de Francia lo enviaron a Mauthausen, donde fue clasificado como 'Rotspanier', nombre con el que los nazis denominaban a los prisioneros republicanos. Cuando dejó de ser útil para los trabajos forzados, lo trasladaron al campo filial de Gusen y allí murió el 20 de septiembre de 1941. La causa de la muerte se da como «Lungenentuberculose» (TBC pulmonar).

Bernardo Blázquez Romero nació el 20 de mayo de 1909. También pasó por los campos de exterminio nazi, pero sobrevivió. Tras vivir en la clandestinidad fue apresado por los nazis el 29 de enero de 1943 en la localidad francesa de Villeneuvesur-Lot. Fue encarcelado en la prisión de Eysses hasta su deportación al campo de exterminio de Dachau el 18 de junio de 1944. Llegó al campo el 20 de junio y después de una breve estancia fue trasladado al campo de Natzweiller Struthof. Luego pasó a Allach donde fue liberado el 30 de abril de 1945. A partir de ahí se le perdió la pista ignorando el resto de su vida, según la información facilitada por el PSOE de Orcera.

Además de Antonio Berjaga Nieto y Bernardo Blázquez Romero, hubo otros vecinos de Orcera que tuvieron como única salida el exilio sin ser apresados por las tropas nazis, como es el caso de Adelaido Blázquez Romero o Antonio Córdoba Rivas.

«La mayoría de los que allí murieron y estuvieron presos no habían cometido otro delito que el de creer en la democracia y en la libertad, y en defenderla. Y ese fue el caso de los orcereños a los que queremos rendir un homenaje para que su recuerdo no se pierda ni se diluya en las sombras de la historia y su Iucha siga siendo un ejemplo de valor y entereza para nosotros y para las generaciones futuras», tal y como apuntó el Grupo Municipal Socialista en la moción presentada.