Aumentan los delitos sexuales cometidos por menores y la fiscalía lo vincula a la pornografía

La alusión del ministerio público andaluz, que dirige la jurista Ana Tárrago, a este fenómeno aparece en la última memoria de la institución, la referida al pasado 2019. «(...) En materia de delitos contra la libertad e indemnidad sexual se ha producido un aumento importante en la comisión de tales delitos, incoándose la cifra de 330 expedientes de reforma (en el conjunto de Andalucía), frente a los 260 incoados en año 2018, 230 expedientes relativos al delito de abuso sexual y 100 expedientes por delito de agresión sexual, destacando el aumento producido en Granada y Jaén», señala el documento, subrayando las dos provincias de la comunidad en las que el crecimiento de esta clase de infracciones ha sido más significativo (con la agravante de que la progresión ha afectado a toda la región, tal y como pone de manifiesto la memoria).

Pero la Fiscalía Superior no se limita a ofrecer los números: también se esfuerza por intentar buscar una explicación a una grave anomalía que perturba a los fiscales especializados en la justicia infantil y juvenil.

En este sentido, admiten que este estado de cosas les causa desasosiego: no acaban de comprender del todo «los motivos por los que los menores, a edades cada vez más tempranas, mantienen comportamientos sexuales impropios, para su edad y, en multitud de ocasiones, sin conciencia de estar actuando de modo ilícito», reflexionan en la memoria.

No obstante, sí apuntan a la pornografía, que con la generalización del uso de los teléfonos móviles está al alcance de cualquiera, como una de las probables causas del sensible incremento de los abusos o agresiones sexuales cometidos por menores.

«El segundo fenómeno delictivo tras la violencia doméstica son los delitos contra la libertad sexual, señalando que se aprecia una falta de formación en materia sexual desde el punto de vista humano, moral y ético en tales adolescentes, lo que requiere que desde la comunidad educativa y los poderes públicos se fomente la educación sexual de los menores, evitando que la adquieran a través del visionado de material pornográfico o sin orientación de personas expertas en la materia que les aclaren y solventen las lagunas existentes», muestra la Fiscalía Superior el camino a seguir para tratar de corregir una tendencia que genera desazón.

Además de los vídeos y películas para adultos, la institución también advierte de que los abusos y las violaciones suelen estar vinculadas a ambientes en los que se producen excesos alcohólicos o de sustancias estupefacientes. «(...) Este tipo de comportamientos están muy ligados al consumo de drogas tóxicas y con la cultura del ocio del alcohol y drogas», enfatiza el documento que resume la actividad del ministerio público andaluz en 2019.

En el caso de Jaén también destacan los datos de violencia doméstica y de género, pasando de 26 y 3 casos en 2018 a 31 y 7 en 2019.

En la memoria anual de la Fiscalía General del Estado se refleja también la preocupación de los fiscales por la naturaleza de algunos delitos cometidos por menores de 14 años. En concreto, se alerta «de la existencia de conductas de contenido sexual a edades muy tempranas», una situación que se observa en otras fiscalías territoriales, apuntando una vez más a la de Jaén, Madrid o Jerez, recalca.