El artista Faustino Castillo toma la calle para pintar la Cámara de Toya

Durante la mágica Noche de los Candiles, en la que los pealeños realizan una visita a la tumba principesca de Toya, desafiando al frío y en pleno corazón del casco histórico, el pintor de obras escenográficas y murales de gran formato, ejecutados en selvas, parques temáticos, acuarios y museos de todo el país, sacó los pinceles para pintar en público la Cámara Sepulcral Ibérica, el símbolo arquitectónico que identifica a Peal de Becerro.

Antes la tarde había arrancado con una exposición en la Plaza de la Iglesia de 17 lienzos a gran formato que el pintor, que recuerda a aquellos artistas del Renacimiento que destacaron por sus grandes murales en catedrales, iglesias y palacios, tenía guardados y enrollados en su Casa Museo. Ante la mirada contemplativa de los numerosos vecinos que se acercaban a contemplar la muestra al aire libre, en la paredes y fachadas de la Plaza de la Iglesia podían verse los cuadros del artista de la tierra, que estuvo 36 años trabajando como dibujante, pintor, escultor, ilustrador, publicista y decorador en Cataluña. Entre las obras su serie dedicada al olivo, el árbol sagrado por lo que representa a Jaén, Andalucía a España: «A él le debo la inspiración, mis paseos, la música de los pájaros, el sabor de su aceite, los horizontes vespertinos, esos paisajes mágicos extraordinarios».

Transcurridas dos horas de la apertura expositiva, Faustino Castillo montó su caballete y comenzó a pintar en vivo y en directo un óleo de 200 por 122 centímetros sobre la Cámara Sepulcral, que fue descubierta en 1909 en un paraje cercano a la aldea de Toya, a unos cinco kilómetros de Peal de Becerro, uno de los monumentos más importantes de la arquitectura y del mundo ibero, de los pocos que se pueden visitar tal como lo dejaron nuestros antepasados hace 2.400 años.

Con el seguimiento de quienes no quisieron perderse la creación artística, Castillo, experto en el tema pues anteriormente había decorado por encargo del Ayuntamiento dos réplicas de la Cámara, una crátera griega que contenía las cenizas de un príncipe ibero y el cuadrúpedo de piedra caliza conocido 'La Bicha de Toya', deslizó su paleta hasta crear la estructura plástica del Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural, una obra que ya forma parte de su Taller Museo 'Faustillo', en el que además del arte expositivo desarrolla tertulias literarias a las que acuden personas de Cazorla, Úbeda y Jódar y otros pueblos de la provincia.