El aguilando toma las calles de Vilches
Una veintena de personas los interpretan, los célebres campanilleros, para anunciar la inminente Navidad
josé antonio garcía-márquez
Domingo, 8 de diciembre 2019, 23:24
Si en Málaga, Madrid, Vigo o Barcelona los grandes arcos luminosos de sus vías principales ofician de bosques navideños con espectáculos diarios de luces y ... sonido y en todas las ciudades los escaparates de sus grandes establecimientos se encargan de anunciar la Navidad en esa mezcla llamativa de luz y consumo, en Vilches, el pequeño municipio del Condado, esta labor le toca al aguilando, cante inédito y original con claras raíces evocadoras de una música arábigo-andaluza. Porque desde los albores de este mes de diciembre, concretamente desde el pasado día 3, la veintena de jóvenes que los interpretan, los célebres campanilleros, recorren una a una las calles del pueblo para poner calor a las frías noches y proclamar la inminencia de la Navidad.
Los campanilleros transitan por las calles mientras entonan esas estrofas, desgarradoras unas, dulces otras, que sobrecogen y emocionan incluso al que las escucha por primera vez. Lo hacen con instrumentos peculiares como el cántaro, collar de campanillas, triángulo, alpargata esparteña, reja de arado, platillos, guitarra, bandurria, laúdes y almireces.
Mantecados y anís
Los vecinos corresponden abriendo sus balcones y ofreciendo mantecados, polvorones, anís, coñac. Todo vale para aliviar el frío. Se bebe, se charla, se ríe algún chiste, se toca un segundo aguilando y el grupo se marcha hasta otra calle. Incluso la colonia de marroquíes que vive en el pueblo sale a escucharlos y no disimulan su alegría ante la evocación de su tierra.
El momento cumbre de los campanilleros llegará en la misa de Nochebuena, que se celebrará en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Justo a las doce de la noche, durante el ofertorio, quebrarán el silencio con sus voces e interpretarán tres cantes o aguilandos en otros tantos momentos de la misa. La hondura del cantaor alimentará emociones en un templo que, como sucede cada 24 de diciembre, estará repleto hasta el coro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión