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Iznatoraf.
El Cristo de la Veracruz salva Iznatoraf

El Cristo de la Veracruz salva Iznatoraf

El castillo cumplía una función más allá de alcázar residencia para su alcaide que defensiva

MANUEL RODRÍGUEZ ARÉVALO

Lunes, 4 de abril 2016, 00:20

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Del castillo de Iznatoraf no queda resto alguno, aunque su muralla y algunas de sus puertas muestran lo importante que tuvo que ser.

En el año 1252, el rey Fernando III tuvo que ceder a su hijo, el infante don Sancho, arzobispo de Toledo, la plaza de Iznatoraf. Se fortalecieron sus murallas y fue construida una fortaleza en su interior, con plaza de armas. No obstante, el castillo cumplía una función más de alcázar residencia para su alcaide que defensiva, sobre todo, porque a partir de la segunda mitad del siglo XIII ya no existía peligro de conquista por parte de los musulmanes.

Cuentan que en tiempos de la conquista cristiana, el obispo Ximénez de Rada, que acompañó al rey Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa, propició la devoción del Cristo de la Veracruz, para lo cual comenzó con la construcción de una ermita cerca de un paraje próximo a la batalla. Esta devoción fue propagada en todas aquellas fortalezas que ganaban a las tropas árabes.

Pero llegados a las murallas de Iznatoraf, bien defendidas, casi impracticables, no sabían por donde atacar y suponía un gran quebranto para los cristianos.

En uno de los encuentros en el puesto de mando, para determinar una estrategia adecuada para ganar esa plaza, se acercó el obispo y ordenó sacar el Cristo de la Veracruz que le acompañaba. Lo levantó sobre las tropas castellanas y rezaron ante la imagen para que les ayudara en la batalla. El siguiente ataque fue el decisivo para tomar Torafe.

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