Integración sobre los escenarios

La iniciativa nació con la idea de que los escenarios se adaptaran a las personas con movilidad restringida. De momento, lo han conseguido en Cazorla y Peal de Becerro. Pero la lucha continúa.

Y no solo eso. El teatro les está sirviendo para aumentar su autoestima. «Estamos comprobando que somos capaces de hacer cosas que ni pensábamos, porque subirte a un escenario y actuar delante del público es complicado», cuenta el presidente de la Asociación, José Tíscar. Las representaciones son originales. Las primeras poseían un corte más reivindicativo y las siguientes se han representado más en clave de humor. Resulta ser una terapia inigualable en la que participan personas de todas las edades, desde los veinte a los más de setenta años.

Oficios olvidados

No es la única actividad que desarrolla la asociación con esta misma finalidad. Se realizan en diferentes momentos del año talleres, por ejemplo, de oficios tradicionales. Tales son los de esparto y trapillos (usar telas antiguas para reutilizarlas en otros objetos). Este tipo de actividades se encuentran abiertos a todo tipo de público, ya que se trata de organizar iniciativas integradoras, en las que participen por igual personas que tienen algún tipo de discapacidad junto a aquellos que no la tienen. Con el mismo fin se imparten talleres como los de salud, alimentación o aceite de oliva o jabón casero.

La asociación ha querido ahora aprovechar la riqueza natural e hidrográfica con la que cuenta la comarca cazorleña. Por eso, han convocado un concurso fotográfico al que se han presentado más de 30 personas. Las instantáneas forman parte de una muestra itinerante pro toda la comarca, que acaba de visitar Hinojares.

En el mes de abril está previsto organizar un mercadillo con los materiales que se han ido elaborando en los diferentes talleres, con el fin de dar a conocer los oficios hoy en día casi olvidados, demás de recaudar fondos para la entidad.

La asociación Juana Martos, que debe su nombre a la persona que la puso en marcha, actualmente fallecida, cumple en 2016 su vigésimo aniversario. Nació con la idea de dar respuesta a las personas con discapacidad física que se encontraban sin ningún tipo de ayuda. No tenían presencia en casi ningún ámbito y en muchas ocasiones apenas salían de casa. «Y para qué hablar ya del ámbito laboral», cuenta José Tíscar. Y decidieron hace veinte años que la situación en la comarca de Cazorla tenía que cambiar. Al proyecto inicial se fueron sumando cada vez más amigos, familiares y personas concienciadas con este problema.

Rehabilitación

Desde entonces, llevan ofreciendo servicios de rehabilitación para los afectados, así como ayuda psicológica y también un transporte adaptado. Sobre este extremo, Tíscar reconoce que se encuentran muy limitados porque «no existe en la provincia ningún transporte público regular» para este colectivo. Así es que desde 2007 cuentan con una furgoneta que les facilita los traslados que tienen que llevar a cabo.

Para ellos es fundamental la sensibilización, por lo que siempre que pueden acuden a los colegios y los institutos a dar charlas a los alumnos sobre este colectivo, las limitaciones y barreras con las que se encuentran en su día a día y lo sencillo que sería facilitarles la vida con simples cambios.

De la misma forma, este colectivo lleva a cabo campañas de accesibilidad con el fin de que las barreras arquitectónicas cada vez sean menos. «La situación va mejorando poco a poco -cuenta Tíscar- pero aún nos seguimos encontrando con muchas limitaciones, incluso en obras nuevas, que es lo que más nos duele».