Arjona despide a su duquesa

La recién fallecida posó ese día delante de las cámaras que quisieron captar el momento, participó en la inauguración y se quedó a una comida en el Ayuntamiento, con todos los concejales y otras autoridades. Ya entonces se le notaban los años, cuentan los que acudieron a la misma, porque en el aperitivo la duquesa pidió una silla para poder descansar.

Más allá de esta visita, la relación de Cayetana con el término de su ducado no ha sido mucha. Según explica el anterior alcalde de la localidad, Javier Sánchez Camacho, la duquesa no tenían tierras en Arjona, el vínculo se limitaba estrictamente al título, que eso sí, está rodeado de una serie de curiosidades.

Para empezar, «es el ducado más antiguo de España», dice Sánchez Camacho, que repasa la historia del mismo con detalle. «El Rey Juan II se lo concedió a Don Fabrique de Castilla en 1429, pero unos años más tarde se lo retiró y decidió concedérselo a Don Fabrique de Aragón, que fue el segundo duque de Arjona». Tras él, el ducado acabó recuperándolo el Rey, y fue pasando, a medida que fueron avanzando los años, de manos de un monarca a otro conforme se fueron sucediendo a lo largo de la historia.

Fue el padre de Cayetana, Jacobo Fitz-James Stuart, descendiente del primer duque de Arjona, Don Fabrique de Castilla, quien entendió que el titulo le correspondía y quiso recuperarlo. Así se lo pidió en 1903 al Rey Alfonso XIII, con quien mantenía una estrecha relación, y quien decidió concedérselo. De esa manera Jacobo fue el tercer titular del ducado más antiguo de España. Y Cayetana de Alba la cuarta. «Hasta la familia de Alba se concedía el ducado y el señorío, pero los señoríos se abolieron con la Constitución de 1812 y, por tanto, Alfonso XIII entregó solo el ducado».

Pero la Duquesa de Alba no ha muerto siendo Duquesa de Arjona, sino que le cedió el titulo, el año pasado, a su hijo Cayetano, que es desde entonces el quinto duque de Arjona, un titulo más antiguo incluso que el de Alba.