1.000 botellas de aceite para ayudar a restaurar su colegio

Todo empezó en el palacete de SAFA. «Turismo hizo allí una presentación de la nueva campaña y el diputado provincial comentó que querían restaurarlo, pero que no tenían fondos económicos suficientes. Luego en mi casa, dándole vueltas, pensé: ¿y si hacemos una edición limitada y los beneficios de esa venta se donan al colegio», explica. Lo comentó a su tutor, Alejandro Jiménez, y este lo trasladó al equipo directivo, que dio el visto bueno a la idea de este antiguo alumno. El precio por botella es de 13 euros y el aceite proviene de los olivos que la familia de Javier tiene en el municipio.

Se formó en electromecánica de vehículos porque su padre tiene un taller de chapa, pintura y mecánica en el pueblo, aunque al terminar el ciclo con 18 años decidió emprender en el mundo del aceite de oliva y la producción, algo que también le viene de familia.

En este arduo camino, Javier ha contado con el apoyo de su tutor, por eso se muestra dispuesto a seguir colaborando con el centro para devolverle la ayuda que en su día le prestaron a él.

Pilar García, directora del centro, muestra su satisfacción y agradece al joven el trabajo que está desempeñando: «Estamos muy contentos. Javier estuvo dos años con nosotros. Alejandro Jiménez le daba la asignatura de Iniciativa emprendedora y gracias a ella se planteó dejar la mecánica y montar su propia empresa». En el centro estudian unos 325 alumnos, desde Infantil hasta 4º de la ESO y los dos ciclos de grado medio: electromecánica y administrativo.

Tras su experiencia, Javier anima a otros jóvenes a emprender y a sacar adelante proyectos aunque a priori suenen disparatados: «Al final se consigue».