Multitud de personas apoyan a la plantilla de El Corte Inglés y estallan por la situación de la ciudad

Este miércoles, a eso de las ocho de la tarde, decenas de vecinos empezaron a congregarse en torno a la puerta principal de El Corte Inglés, pero esas decenas se fueron convirtiendo, poco a poco, en centenares de personas que acudieron a alzar sus voces contra «la injusticia y el abandono» que sufre su ciudad natal. La zona más cercana al centro comercial, en la intersección de la Plaza del Ayuntamiento con la Avenida de Andalucía y la calle Jaén, se convirtió en un hervidero de personas que, con sus mascarillas reglamentarias, no quisieron dejar pasar la oportunidad de estallar, gritar y demostrar que «Linares, unida, jamás será vencida», al tiempo que sostenían en las manos esquelas alusivas a la 'muerte' de la ciudad.

Y es que esa fue una de las proclamas que se pudieron escuchar en la concentración reivindicativa de ayer, que viene a parecerse a aquel espíritu de lucha y tensión que ya vivió Linares en su momento, concretamente en el año 1994, con motivo de la primera crisis de la desaparecida factoría automovilística Santana Motor. O también a esa unión popular que se respiró hasta en dos ocasiones, hace apenas unos años, en las dos manifestaciones masivas convocadas por la Plataforma Ciudadana 'Todos a una por Linares'.

El caso es que, anoche, en torno a un millar de linarenses evidenciaron su hartazgo, su desazón y sus ganas de que las cosas empiecen a cambiar y a mejorar para esta ciudad tan dolida y castigada por las sucesivas situaciones de crisis vividas con el paso de los lustros. Es por ello que los vecinos concentrados se preguntaran que dónde está la clase política y también se acordaran de varios gobernantes.

'¿Dónde están los alcaldes?', 'Linares no se cierra', 'Linares, despierta, te vas a quedar desierta' o 'Si esto no se arregla, leña, leña, leña' fueron algunos de los lemas que la ciudadanía vitoreó en la multitudinaria movilización, al tiempo que las palmas, los silbatos y las bocinas de los coches pusieron el toque sonoro a una concentración en la que incluso tuvo que intervenir la Policía Local para cortar el tráfico rodado.

Pero más allá de la acción de protesta en sí, que se originó casi de manera improvisada, cabe recordar el malestar de la propia plantilla de El Corte Inglés, que protagonizó una sentada frente a la puerta principal de la tienda y un minuto de silencio con el que quisieron hacer ver su enfado ante el cierre con traslado masivo planteado por la firma de grandes almacenes.

Todo ello, además, al término de la primera jornada del proceso de negociación entre la compañía y los sindicatos del comité de empresa, Fasga y Fetico. Los trabajadores afectados están «dolidos por la incertidumbre» de su situación, de ahí su «sincero agradecimiento» a la población «por el apoyo público» mostrado. No en vano, el llamamiento hecho a través de redes sociales bajo el movimiento #YoCreoEnLinares desencadenó esta protesta de doble fin, siendo ya la segunda iniciativa reivindicativa tras la 'cacerolada balconera' del martes.