«La época que vivimos hace que para los artistas involucrados sea más especial»

Si amplio es el bagaje en lo que a trabajos se refiere, no menos impresionante es el número de orquestas con las que ha trabajado. Entre ellas, destacan la Staatkapelle Dresden (Orquesta Estatal Sajona de Dresde, Alemania), la Orquesta G. Verdi de Milán, la Orquesta Sinfónica de Madrid, la Orquesta Sinfónica de Galicia, la Orquesta de la Comunidad Valenciana, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo.

-¿Cómo un joven, que comenzó sus estudios de música en el Conservatorio Profesional de Música 'Andrés Segovia' de Linares, termina siendo una referencia internacional entre los directores de orquesta?

-El Conservatorio de Linares siempre ha sido, y será, un lugar de encuentro de estudiantes de música con inquietudes y ganas de evolucionar. En aquellos años nos juntamos un grupo de jóvenes con ideales, ganas de aprender y al mismo tiempo inventar, investigar y arriesgarnos con proyectos que nos hicieron crecer y que hoy en día nos han servido para seguir evolucionando en nuestras carreras profesionales o vidas personales.

No puedo olvidar como unos niños de 15 o 16 años nos embarcamos en crear un Festival de Música que vio la luz con la ayuda de instituciones amigas y, sobre todo, con la ilusión y el esfuerzo de alumnos que querían hacer algo más. Luego la vida te va llevando por distintas experiencias que te llevan a ser lo que hoy muestras. Pero eso es hoy, mañana nunca se sabe.

-Ha dirigido infinidad de orquestas y ha presentado obras en muchos países lo que le ha ido consagrando como uno de los directores de orquesta con más proyección. Pero... ¿Cuál cree que fue el punto de inflexión en su carrera profesional?

-Para mí uno de los momentos más importantes en Europa fue sin duda la 'Staatsoper Dresden' o 'LaVerdi' en Milán. En América muchas, pero la primera vez en el Teatro Colón de Buenos Aires es inolvidable. Uno no sale indiferente después de la primera visita. En España es una delicia dirigir en el Teatro Real, Liceu o Sevilla. Son equipos humanos magníficos y de una calidad musical envidiable. Se disfruta mucho haciendo música con ellos.

-¿Qué diferencia a un director de orquesta de uno especializado en la dirección musical de ópera o ballet, como usted?

-La dirección de ópera o de ballet te obliga a tener conocimientos de cómo funciona un teatro por dentro. Cuando llegué a Madrid, después de unos años como profesor en conservatorios, fui directamente al Teatro de La Zarzuela donde aprendí el oficio del teatro con todos los compañeros ya fueran de maquinaria, sonido, utilería, orquesta, coro, solistas, etc. Es un gran trabajo en equipo que no pasa desapercibido y donde todas las piezas deben encajar como un puzzle de 10.000. Si una pieza falla, la cosa empieza a tambalearse y todos deben estar pendientes para corregir o actuar en su campo. Es difícil pero a su vez te hace sentir bien cuando entiendes que solo el trabajo en equipo te puede llevar a buen fin. Años en teatro bebiendo del repertorio lírico y otros tantos con compañías de ballet, como el Ballet Nacional de España o la Compañía (por citar las españolas) hacen que te especialices en ese repertorio.

-Su próximo compromiso sobre los escenarios como director musical será en abril en el Teatro de La Maestranza de Sevilla en el que el Ballet Nacional de España realizará un homenaje al bailarín Antonio Ruiz Soler. ¿Qué nos puede adelantar?

-Antonio Ruiz Soler fue una de las figuras más importantes de la danza española y que trascendió fronteras, además de Director del BNE (Ballet Nacional de España). El homenaje está lleno de coreografías suyas míticas como puede ser la 'Fantasía Galaica' o guiños a apariciones cinematográficas en Hollywood. No va a dejar indiferente a nadie. El Ballet Nacional de España es único en el mundo y el estreno de este programa en Sevilla (de donde era Antonio Ruiz Soler) y en el Maestranza será todo un acontecimiento. El momento que estamos viviendo también hace que para todos los artistas que estamos involucrados en la producción sea más que especial.

-Si tuviera que recomendar alguna obra de las que usted ha dirigido para devolver la esperanza y el ánimo perdido por la ciudadanía por todo lo que está aconteciendo... ¿Cuál o cuáles serían? 

-Sin duda una de las obras que más me han tocado ha sido 'Carmen ', de Johan Inger, con música de G. Bizet y Marc Álvarez. También han sido muy especiales 'Tosca', 'La Boheme' o 'La viuda Alegre'.

-¿Suele visitar su ciudad natal? ¿Qué es lo que más añora y cómo la ve desde la distancia?

-La pandemia ha hecho que los viajes sean bastante más puntuales pero siempre que puedo viajo para ver a los amigos y recordar la niñez y la adolescencia. Eso nunca se pierde. Gracias a esos años hoy somos lo que somos. Nunca debemos olvidarlo. En la distancia veo la cuidad con preocupación aunque nada de lo que está pasando nos puede pillar de sorpresa. Esto lleva pasando desde los años 80. Recuerdo perfectamente las manifestaciones de los trabajadores en el Ayuntamiento, cargas policiales, etc. Yo era un crío 8 años, alumno del Colegio El Pilar, que no entendía muy bien qué pasaba. Todo lo que vino después lo conocemos perfectamente. Linares fue muy grande en los inicios del siglo XX. Ojalá vuelvan las iniciativas y coloquen a la ciudad donde se merece.