«Es un ataque a la supervivencia de la pequeña y mediana empresa»
El presidente de la Confederación de Empresarios Bartolomé González alerta que esta medida afectaría a sectores fundamentales de Jaén como la agricultura, la hostelería y el comercio
Jesús Jiménez
Jaén
Jueves, 26 de septiembre 2024, 17:18
La Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ) ha mostrado su asombro ante la protesta convocada por los sindicatos para reclamar el apoyo de las organizaciones ... empresariales a la medida para reducir la jornada laboral a las 37,5 horas semanales. Desde la patronal rechazan su aplicación en un ámbito general, ya que supone «un ataque a la supervivencia y viabilidad de las pequeñas y medianas empresas», ha afirmado el presidente de la CEJ Bartolomé González.
Según la CEJ, la reducción de la jornada ahonda en el intervencionismo y «desprecia» el diálogo social al no tener en cuenta los posicionamientos de las organizaciones empresariales. Por ello en la institución consideran que en lugar de una medida general debe realizarse una negociación colectiva en la que se atienda a las particularidades de cada sector y empresa.
Además, consideran que la provincia de Jaén podría ser especialmente perjudicada por esta medida, que tendría mayor impacto en sectores productivos fundamentales para la provincia como la agricultura, hostelería, comercio, inmobiliarias y transporte. «Afectaría más a las pequeñas empresas, ya que al disponer de menos recursos técnicos y humanos, tendrían que reducir el tiempo de trabajo», ha aseverado González.
Respecto al plan de ayuda a la PYME propuesto por el Gobierno para bonificar los nuevos empleos que las empresas tengan que hacer para poder llevar a cabo el recorte horario, Bartolomé González lo califica como «absolutamente impreciso». Critica que no se haya presentado una memoria de impacto económico, mientras que según un estudio llevado a cabo por CEPYME, la reducción conllevaría, en el ámbito nacional, un coste directo de unos 11.800 millones de euros por las horas de trabajo que se dejarían de trabajar, pero que se continuarían remunerando, y a eso habría que sumar 30.600 millones, que es al valor añadido bruto que dejaría de producirse por recortar el tiempo de trabajo.
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