Juzgado por clavar un cuchillo en la cabeza a una vecina de Jódar
Tribunales ·
Los médicos confirman que el acusado sufre esquizofrenia paranoide, por lo que Fiscalía pide su ingreso en un centro pisquiátrico durante nueve añosUnos minutos, no duró más el ataque, pero bastó para traumatizar a la víctima de por vida y acabar con el filo de un cuchillo ... clavado en el cráneo. Su marido la encontró en el suelo, en un charco de sangre y gritando «me ha matado». Ella sobrevivió con cicatrices y su agresor ha sido juzgado este viernes por amenazas y tentativa de homicidio. Al parecer, sufre esquizofrenia paranoide, por lo que lo máximo que piden es que ingrese en un centro pisquiátrico durante nueve años.
Los hechos tuvieron lugar la tarde del 17 de marzo de 2022, en Jódar. La mujer, vecina de la localidad, salió a dar un paseo cuando se percató de que en la calle estaba el acusado, con el que habían coincidido de manera habitual al ser prácticamente vecinos y tener una «relación cordial, de buenos días y buenas tardes», ha asegurado.
Entonces, «sin previo aviso», él «se abalanzó» y comenzó a agredirla «mientras balbuceaba algo que no entendía». Al estar aún cerca de su casa, aprovechó para huir hacia su portal, pero él la persiguió. «No sabía qué pasaba, si yo había hecho algo o qué, solo me fijé en que las plumas del chaquetón salían volando, debía tener una tijeras o un objeto afilado, ni idea», ha relatado la víctima entre sollozos, todavía impactada por lo ocurrido.
De manera instintiva, «me tapé como pude, me hice un caparazón para protegerme», según la mujer. En ese momento apareció la madre del presunto agresor, esta se cayó y el hombre fue a atenderla. Había sido operada recientemente y ella aún tenía dificultad de movilidad.
«Me ha matado»
Así, la víctima se arrastró por el portal. «Cerré la puerta, grité, pedí auxilio», cuenta, y añade: «Sabía que mi marido estaba en casa y cuando apareció le dice 'me ha matado, me ha matado'. Me preguntó que quién, yo le dije que el vecino, así que salió y él --el acusado-- le dijo 'a ti también te mato' con la mano alzada, amenazante».
El marido de la víctima ha corroborado su relato, explicando que cuando escuchó los gritos se alarmó y, al descubrir que habían atacado a su esposa, fue a ver qué había ocurrido. Entonces el acusado lo amenazó verbalmente, por lo que cerró la puerta de su domicilio. «Ahí ya pude atender a mi mujer, estaba en un charco de sangre, gritando».
Los médicos han explicado que la víctima sufre depresión post-traumática, que además de las lesiones físicas con cuatro cicatrices (en la cabeza, hombro y brazos) de arma blanca, le ha afectado a su estado psicológico y necesita tomar medicación que le impide realizar otro tipo de tareas. Está de baja laboral y tiene «pánico» a salir. «Lo recuerdo cada noche, cada instante, desde ese día vivo con miedo en el cuerpo y la desconfianza, cada vez que paso por el portal», ha declarado.
Los médicos forenses que se encargaron del caso comunicaron en sus informes que el entonces detenido mostraba una sintomatología psicótica de esquizofrenia paranoidea. Han detallado que estaba convencido de que los vecinos agredían sexualmente a las mujeres de su familia, por lo que él «no tuvo más opción que defenderse atacando, es lo que le decía su delirio», han subrayado, y puntualizan: «Venía con ideas de pensamiento delirante, que le provocó el arrebato violento».
En el momento de los hechos se comprobó que, a pesar de demostrar por documentación la afección del acusado desde sus 18 años, «tenía una descompensación de la afección mental», es decir, no estaba recibiendo la medicación adecuada, ya fuera por abandono voluntario, falta de control o consumo de tóxicos como el alcohol. Aun así, su situación se evidenciaba a tal punto que fue ingresado automáticamente en la unidad de Salud Mental para valorarlo.
«No era mi intención»
El acusado, por su parte, se ha negado a declarar. En su turno de palabra al final de la vista ha asegurado que «no era mi intención, no he querido asesinar a nadie, lo estoy pasando mal», y se ha ofrecido a no volver a Jódar, de hecho hay familiares que están fuera del municipio.
El Ministerio Fiscal y la acusación particular solicitan el ingreso en un centro psiquiátrico durante nueve años (nueve y medio por el abogado de la víctima), ya que se le aplica la inimputabilidad por la enfermedad mental, por lo que se exime la petición de pena de cárcel. Como indemnización, Fiscalía solicita 12.000 euros por los daños causados, mientras que la acusación particular lo asciende a 100.000 como indemnización.
El abogado de la defensa, en cambio, solicita la libre absolución y señala que las heridas de la víctima no llegaron a suponer un riesgo para su vida. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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