Mari Ángeles Cortés, administrativa
«Estudiar ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida»A los 18 años cambió el chip y retomó los estudios para labrarse un futuro mejor
Ascensión Cubillo
Jaén
Domingo, 18 de mayo 2025
Mari Ángeles Cortés dejó los estudios a los 16 años motivada, en parte, por lo que veía a su alrededor. A los 18 cambió de ... opinión. ¿Por qué no?, se preguntó. Primero se matriculó en la escuela de adultos para sacarse el graduado. La experiencia le gustó tanto que cuando terminó hizo un grado medio de administrativo en su pueblo, Torredonjimeno. Por aquel entonces su familia no estaba bien económicamente, por eso quería conseguir un poco de dinero para sacarse el carné de conducir y tener libertad para seguir formándose.
Este proceso de cambio lo hizo junto a su hermana Juana y su prima Nerea. Las tres retomaron los estudios en busca de una vida mejor y una independencia económica para salir de esa «burbuja» en la que entran las mujeres gitanas. «No nos rendimos. Nos hemos metido en el mundo laboral y de ahí no nos van a sacar», dice Cortés con la seguridad de una mujer empoderada.
Cuando terminó el grado medio de administrativo hizo prácticas en una empresa de su pueblo, Gráficas La Paz, donde se sintió como en casa desde el principio. Este primer contacto con el mundo laboral le animó a seguir estudiando y quiso completar su formación inicial con un grado superior. Se matriculó en el instituto San Felipe Neri de Martos, aunque en el primer trimestre la llamaron de Gráficas La Paz para ofrecerle cubrir una interinidad. No se lo pensó demasiado: le gustaba el trabajo y se sentía cómoda con los compañeros. Había -y hay- buen ambiente, ya que tres años después de aquello sigue en esta empresa.
Independencia
Su puesto en la actualidad es encargada de logística y gestiona los envíos de productos a nivel nacional e internacional. «Estudiar es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Trabajar te hace independiente a nivel económico y personal», expone, y pone el foco en el empoderamiento que supone sobre todo para una mujer gitana de cara a no tener que depender de un hombre.
Su familia la apoyó cuando decidió retomar los estudios porque no es que le prohibieran estudiar, la decisión de dejarlo a los 16 años fue suya, pero tampoco la incitaban a hacerlo.
Mari Ángeles Cortés se siente feliz y orgullosa del camino que emprendió con 18 años, pues le ha reportado muchas satisfacciones a nivel personal y profesional. De ahí que anime a las jóvenes gitanas a estudiar para que sean ellas quienes elijan la vida que quieren vivir.
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