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José Carlos González
Sábado, 26 de abril 2025, 21:59
El Sábado de Romería, el que supone el siempre anhelado y añorado camino serrano que empuja a los devotos al encuentro con su Virgen de ... la Cabeza del alma, encierra una serie de connotaciones y hechos que atrapan y enamoran cada año, con acontecimientos nuevos que va sumando adeptos, como las gentes de Granada, Mengíbar, Arjonilla, Málaga y otros puntos de España y del extranjero que se han unido a las 181 carretas que en la mañana de ayer salieron de la Avenida Blas Infante, al despuntar el alba. La alegría, la confraternización, el cante y la comida en Lugar Nuevo consigue sumar adeptos.
Por esas intrincables veredas serraras, que en esta primavera ofrece su más colorista y frondosa vegetación, concurren quienes aman la naturaleza, buscan la amistad, y quienes se lanzan por esos caminos por una promesa arcana e íntima, o para honrar a sus antepasados que pisaron esas veredas y que supieron transmitir este rito que se perpetua y se engrandece. En cada devoto, en cada forma de vadear la sierra para encontrarse con La Morenita existen miles y miles de formas de profesar y extender la costumbre y la tradición.
Juan Aguilar es un vecino de Rute, amante de la naturaleza, quien a pesar de que no le mueve la fe y la exaltación, se ha enamorado del camino, aunque confesó mientras enfilaba las primeras cuestas que la Virgen de la Cabeza está muy presente en su pueblo y en sus tradiciones, porque en vano la cofradía de esta localidad de la Subbética cordobesa es de las más antiguas del estamento romero. Afirmó que este año ha decidido hacer el camino, porque su familia ha venido a la romería, «he venido por gusto y como en mi pueblo también se celebra la fiesta de la Virgen de la Cabeza he decidido hacerlo por romería».
De sus palabras no se desprende mucha fe, pero se emociona al recordar cuando la procesión de la Virgen de la Cabeza pasa por algunas calles de la localidad ruteña. Por cierto, cada vez son más los habitantes de Rute los que hacen el camino andando. Ayer celebraron incluso su misa en la ermita de San Ginés. El Camino Viejo de Herradura, preñado de encanto, fe y hasta su embrujo saluda a cada año nuevos romeros, como los que son bautizados en carreta en el Arroyo El Gallo a los a los que hacen el camino por primera vez.
Un caso algo más inexplicable y que la razón no alcanza a entender es de Martín, un vasco con sangre jienense. Su madre es natural de Cambil. Lleva hace siete meses haciendo el camino desde Irún. Dice que lo hace por una promesa y por su madre, y ya no ofreció más detalles. Eso sí, su experiencia ha impresionado, y ayer encontró la camaradería y el afecto de los jinetes que se fue encontrando con él en el camino, al que le prodigaron en agasajos.
Pedro es un arjonillero que se han embarcado en el Tercio de los Caminos Peregrinos, que ha llevado el nombre de Andújar a realizar peregrinaciones por Colomera, Huelva, Extremadura y Toledo entre otros lugares. Hasta 2018 venía realizando el camino en carreta, pero desde entonces ha emprendido las subidas a caballo. Admite que no se puede explicar con palabras lo que se vive en estos días por el camino y en la romería.
«Es que se experimentan situaciones tan entrañables, sensaciones tan agradables y entablamos amistades y con gente que no conocías de Martos, Colomera, Puertollano entre otros lugares». Por cierto se congratuló de las mejoras que fue percibiendo en el camino, como la creación de más abrevaderos. Pues Pedro y sus compañeros de los Tercios de los Caminos Peregrinos vienen luchando en los últimos años por la apertura de las vías pecuarias y la mejora de sus infraestructuras. Admite que queda mucho por hacer.
En Andújar existe una peña Los Romeros Virgen de la Cabeza 'El Madroño' que le ha dado esplendor al camino con la 'Romería de Octubre', que congrega a más de 1.000 jinetes venidos de otras partes. Braulio es uno de sus veteranos integrantes que tiene su morada en las inmediaciones del inicio del camino. Subraya con orgullo que es la peña más veterana de Andújar y que en los confines de la década de 1970, la gente más humilde de Andújar pudiera realizar el camino a caballo, algo que solo estaba reservado a los más acaudalados y pudientes. Valoró positivamente las mejoras que se han introducido en la zona de las Cerrillos con la creación de un área recreativa y la adecuación de unos abrevaderos, pero reivindicó mejoras más sustanciales en el camino viejo, «hace falta más anchura al camino para mayor comodidad de los ciclistas, peregrinos y caballistas y hacen falta muchos más contenedores», pidió.
Muchos son los municipios de la provincia de Jaén los que se viven con una gran pasión e inusitado fervor la devoción de la Virgen de la Cabeza. Uno de ellos es Mengíbar, de donde es Pedro Millán. Es devoto desde que tienen uso de razón, «recuerdo que ya de pequeño subía con mis padres en coche, después en carreta y ahora en caballo, que es ahora como disfruto más».
Pues ayer lo hizo con un día radiante y de sol mitigado por una suave brisa serrana que hizo más placentero el camino. Pedro cuenta como en Mengíbar existe una enorme devoción a la Virgen de la Cabeza. «El pueblo se queda vacío cuando llega la Romería de la Virgen de la Cabeza». Pues así se pudo comprobar el pasado viernes con la recepción de cofradías en Andújar, donde la cofradía filial de Mengíbar fue una de las más nutridas. Pues Pedro también contribuye a la extensión de la devoción en su pueblo, porque ayer estaba acompañado de su hijo en la subida a caballo, que se trasmite de generación en generación, por lo que deja su huella indeleble en el tiempo.
Por todo ello, el sábado de romería reserva las emociones más especiales que suponen la antesala de ese encuentro fervoroso con la Virgen de la Cabeza en el cerro sacral de Sierra Morena. Todo ello empieza con el rezo íntimo en el Cementerio, por los que ya viven la romería del cielo, que continua con la salve solemne en San Ginés, el enardecimiento de los corazones cuando desde el Monumento del Peregrino se divisa por primera vez el Santuario, la comida de hermandad en Lugar Nuevo y el sacrifico final del ascenso serpenteante de Los Caracolillos. Precisamente en Lugar Nuevo es el lugar elegido para este vasto movimiento que engendra la devoción, porque allí volvieron a departir los carreteros, jinetes, amazonas, peregrinos y la gente que sube en coche. Ayer se citaron las 5.000 personas que subieron en los 1.700 vehículos más los centenares de caballos y las 6.000 personas que suben en carretas, por lo que confluyeron los diversas formas de vivir la devoción.
Luego en el Cerro se alinearon las filas incesantes de los devotos que van a rezarle a La Morenita en silencio antes de la procesión y la presentación de las cofradías en el templo, hasta que llegó la enérgica y efervescente presentación de la Cofradía Matriz que con sus canciones, palmas y vivas estremecen los cimientos de la devoción. Fue un epílogo a una jornada con vivencias tan diversas y únicas, que solo se pueden entender desde la experiencia directa.
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