Pagan la deuda y pierden la casa en Úbeda

Luisa y Juan firmaron la escritura de hipoteca de su vivienda el día 25 de junio de 2003 con el Banco de Santander, y normalmente han ido haciendo frente a los pagos. Pero tras una mala racha de unos meses en la que no pudieron hacer frente a la mensualidad, el 1 de abril de 2009 se acordó incoar en su contra un procedimiento de ejecución hipotecaria sobre el piso. Ante esto, según contaron a IDEAL, llegaron a un acuerdo verbal con el director de la entidad bancaria, con el que coincidieron en que había que hacer todo lo posible para salvar su casa. Lo que se decidió fue que entregarían mensualmente entre 600 y 700 euros hasta cubrir los pagos atrasados, que eran pocas mensualidades, y el banco se encargaría de ingresar el dinero en la cuenta de lo contencioso, con lo cual podrían reactivar la hipoteca y cancelar la ejecución de la misma.

Después de pasar muchas dificultades para realizar los ingresos, puesto que Luisa sufre una discapacidad, Juan está en desempleo y Lourdes no trabaja porque estudia, consiguieron entregar el último pago que debían par saldar la deuda. De esta forma, según narraron, el día 2 de octubre pasado les afirmaron que se procedería a la reactivación de la hipoteca. Aún así, siguieron recibiendo notificaciones con la confirmación de que la fecha de la subasta de su vivienda iba a ser el día 8 de octubre, lo que les hacía ir diariamente al banco con gran preocupación, aunque les aseguraban «que no había problema alguno y que estaba todo arreglado».

Sin embargo, llegado el 8 de octubre se procedió a la subasta de su piso, que fue adjudicado a un tercero que pujó por él. Y la sorpresa llegó el pasado 17 de diciembre, cuando se les comunicó la próxima toma de posesión de la vivienda por el nuevo propietario, anunciándoles que deben abandonarla antes del próximo 18 de enero de 2010.

Ante estas circunstancias, la familia atraviesa por un momento muy duro. Y aunque quieren creer «que ha sido un error del banco, que no comunicó que la deuda había sido saldada», lo cierto es que se han visto de golpe haciendo las maletas y empaquetando todas sus pertenencias para trasladarse a un piso que han tenido que alquilar para no quedarse en la calle, y ello pese a la mala situación económica que atraviesan. No obstante, el hecho lo han puesto en manos de los tribunales, al considerar que la entidad debe asumir su responsabilidad.