Momento en el que los cadáveres de los últimos rehenes llegan al instituto forense de Tel Aviv. AFP

Hamás incluye a un gazatí anónimo entre los cuerpos de los últimos cuatro rehenes devueltos a Israel

El ejército solo confirma las identidades de Tamir Nimrodi, Uriel Baruch y Eitan Levy e insta a los islamistas a «hacer todos los esfuerzos» para recuperar los restos de los demás cautivos fallecidos

M. Pérez

Miércoles, 15 de octubre 2025, 11:10

Uno de los cuatro últimos cuerpos devueltos por Hamás a Israel no pertenece a un rehén. Así lo desvelan este miércoles los medios hebreos tras ... conocerse el resultado de las autopsias de los restos que fueron entregados durante la noche del martes a la Cruz Roja en un lugar indeterminado de la Franja. Tres de los cadáveres pertenecen al sargento Tamir Nimrodi , de 18 años; Uriel Baruch, de 35, y Eitan Levy, de 53 años. El cuarto sería el de un gazatí que no ha sido identificado.

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Ni el Gobierno ni las Fuerzas de Defensa han hecho mención de este cuerpo cuando por la mañana han anunciado que se habían puesto en contacto con las familias de los tres cautivos fallecidos. «El Gobierno de Israel comparte el profundo dolor de las familias Baruch, Nimrodi y Levy, y de todas las familias de los rehenes caídos», afirma un comunicado difundido por la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Por su parte, el ejército ha instado a la organización palestina a «hacer todos los esfuerzos necesarios para devolver a los rehenes fallecidos». El jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, ha añadido que los militares «no descansaremos hasta que repatriemos a todos. Este es nuestro deber moral, nacional y judío».

Se trata de la segunda ocasión en que la milicia se equivoca en la devolución de cuerpos de rehenes muertos durante su secuestro. En febrero entregó un ataúd que supuestamente contenía a Shiri Bibas, la mujer de 32 años que fue capturada durante el atentado islamista del 7 de octubre de 2023 junto a sus dos hijos pequeños. Ninguno de los tres regresó vivo. Los forenses dictaminaron que el cadáver devuelto era el de una joven palestina y no el de Shiri.

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El nuevo error se produce en un momento especialmente delicado del incipiente proceso hacia la paz en Gaza. El lunes, Hamás únicamente entregó a cuatro de los veintiocho rehenes registrados como fallecidos durante la guerra. Un día después, el Ejecutivo de Netanyahu ordenó reducir a la mitad la ayuda humanitaria a Gaza hasta que todos los cadáveres estén en Israel. De 600 camiones con víveres se pasó 300. Una vez que en la noche del martes los islamistas entregaron otros cuatro ataúdes, el Gobierno levantó las restricciones. De hecho, esta mañana ha abierto por primera vez en casi dos años el paso de Rafah en la frontera con Egipto. Lo que suceda a raíz del descubrimiento de que uno de estos cadáveres es el de un palestino resulta del todo incierto. Entre las familias de los israelíes todavía ausentes la indignación es mayúscula.

El retorno de los cuerpos ya estuvo rodeado de todo tipo de prevenciones e incertidumbres desde el primer minuto. Los islamistas transfirieron los cuatro ataúdes a la Cruz Roja sin ofrecer ningún dato de las identidades de los fallecidos. Las ambulancias se trasladaron rápidamente al instituto forense, cuyos equipos han trabajado toda la madrugada para realizar las identificaciones.

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Los milicianos han admitido las graves dificultades existentes para localizar a las 28 víctimas mortales en un territorio al que las bombas han cambiado su fisonomía y cegado kilómetros de túneles que habían constituido las celdas de los cautivos.

La realidad revela que los actuales líderes de Hamás tenían un descontrol acusado sobre la localización de algunos ellos, en manos de otras facciones palestinas, de células dispersas o de grupos combatientes que quedaron incomunicados durante la guerra. Algunos militantes que conocían los lugares de enterramiento murieron incluso en enfrentamientos con el ejército y se llevaron las localizaciones a la tumba. No obstante, se sigue trillando el territorio y los islamistas han anunciado que este miércoles por la noche devolverán otros cuatro cuerpos. Le va en ello la posibilidad de que Israel reanude las sanciones y limte la entrada de comida y pertrechos a la Franja.

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Los tres rehenes identificados

Para las familias israelíes de los ausentes, lo que sucede ahora denota que el acuerdo de alto el fuego se firmó sobre bases falsas y que es probable que Hamás nunca tuviera intención de devolver todos los cadáveres, como le compromete el pacto. Israel y Estados Unidos han admitido esta posibilidad y que al menos nueve cuerpos nunca sean recuperados. El presidente Donald Trump llegó a cuestionar este martes en una extraña declaración que en realidad hubiera 28 rehenes asesinados. Barajó la hipótesis de que Hamás se hubiera equivocado y fueran «menos».

Tamir Nimrodi.

De los tres fallecidos que han sido retornados a Israel, el suboficial Tamir Nimrodi era el más joven. Fue secuestrado durante el asalto a una base militar de Coordinación y Enlace ubicada frente a los puntos de la frontera por donde penetraron los terroristas. Se lo llevaron a la fuerza a un lugar secreto cerca del cruce de Erez, en Gaza. Murió a los pocos días, según ha informado el ejército, durante un bombardeo de la fuerza aérea. «Tamir fue secuestrado cruelmente de su base y asesinado durante el cautiverio. Ayer regresó a Israel para su descanso final. No abandonaremos a las familias de los rehenes restantes hasta que el último regrese a casa», ha declarado su familia.

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Uriel Baruch

Uriel Baruch, por su parte, murió asesinado el mismo 7 de octubre a manos de los milicianos que arrasaron el festival de música Supernova en pleno desierto. Uriel, de 35 años, huyó con un amigo pero se encontraron con una célula de Hamás que disparó contra ellos cerca de Mefalsim. Su amigo falleció en el acto y la agencia de Inteligencia calcula que él también murió antes de llegar secuestrado a Gaza.

Eitaan Levy

El último cadáver es el de Eitan Levy, de 53 años, al que el grupo palestino raptó cuando se dirigía en coche al kibutz de Be'eri. Hamás se cebó de manera especialmente salvaje en la destrucción de esta comunidad, donde asesinó a decenas de residentes, entre ellos mujeres y niños. El coche de Levy llegó justo en mitad del asalto. La última vez que habló con su familia fue a las 7.30 horas. Les llamó por el móvil para alertarles de que se estaba produciendo un ataque con cohetes. Luego, le escucharon gritar, forcejear y pedir auxilio antes de que el teléfono quedara en silencio.

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Natural de Bat Yam y padre de un hijo, a Eitan se le considero desaparecido y las fuerzas israelíes buscaron su cuerpo durante 40 días hasta que los servicios de Inteligencia confirmaron que había sido asesinado en el mismo momento de su interceptación y que los terroristas trasladaron su cuerpo a Gaza.

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