Ram Braslavski y Evyatar David, en sendas imágenes captadas de los vídeos de Hamás cuya publicación ha sido autorizada por sus familias. X

Netanyahu insta al jefe del Estado Mayor a dimitir si discrepa de la ocupación total de Gaza

El primer ministro escucha este martes los planes operativos para una invasión general con vistas a aprobar una opción a finales de esta semana, mientras abre la Franja al pequeño comercio privado

Lunes, 4 de agosto 2025

Benjamín Netanyahu ha instado al jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, a dejar su cargo si no está de acuerdo con sus planes militares para ... Gaza. La oficina del primer ministro trasladó este mensaje al máximo responsable de las fuerzas armadas antes de la reunión que este martes tiene lugar con la cúpula del consejo de seguridad para decidir la ocupación total de la Franja.

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Zamir ha sido hasta ahora remiso a dar este paso. Las tropas no han operado allí donde las agencias de espionaje Mossad y Shin Bet consideran que se encuentran cautivos los rehenes, convencidos de que los militantes de Hamás los ejecutarán en caso de verse cercados. El jefe del Estado Mayor considera, además, que ampliar la ocupación en este momento podría ser contraproducente para un ejército exhausto tras haber conquistado el 75% del territorio.

El jefe de la oposición, Yair Lapid, ha urgido a que las discrepancias entre el primer ministro y el jefe del Estado Mayor se hagan a «puerta cerrada». «Los soldados no necesitan pensar que están bajo el liderazgo dividido y conflictivo, que la cúpula política no respeta a su comandante y que los están vendiendo por un titular», ha escrito Lapid en su perfil de X. El líder político ha advertido que existe un «precio operativo» por filtrar estas disputas y ha dirigido un aviso a Zamir asegurando que se abstendrá de decir lo que piensa en público.

La división, en cualquier caso, ha trascendido ya de los salones «cerrados». El ministro de Seguridad Nacional, el ultra Itamar Ben Gvir, ha urgido al jefe del Estado Mayor a «declarar claramente que cumplirá plenamente con las directivas de la cúpula política, incluso si se decide la conquista y la acción decisiva». En réplica a su mensaje, el ministro de Exteriores, Gideon Sa'ar, consideró que Eyal Zamir »debe expresar su opinión profesional de forma clara e inequívoca ante la cúpula política. No está obligado a aclarar la subordinación del escalafón militar a las decisiones del Gobierno«, advirtió.

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El primer ministro parece decidido a hacerse con la Franja en su totalidad, pese a todos los argumentos en contra que se le presenten. Esta mañana ha convocado una reunión con sus jefes militares para terminar de estudiar esta estrategia y analizar la delicada situación de los secuestrados. Algunas fuentes sostienen que su propósito final es mantener un control militar sobre Gaza y volver a la creación de asentamientos judíos, como reivindica el ala ultra de su gabinete. Se trataría de llegar a una situación similar a la existente antes de 2005, cuando Ariel Sharon consumó el famoso Plan de Desconexión, consistente en el desmantelamiento de 21 colonias israelíes instaladas en la Franja y la salida de los colonos y militares.

Aparte del jefe del Estado Mayor, al consejo han sido convocados entre otros el ministro de Defensa, Israel Katz; el responsable de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; y el jefe de la Dirección de Operaciones de las Fuerzas de Defensa, el mayor general Itzik Cohen. La idea es que el máximo responsable de las fuerzas armadas presente al primer ministro las opciones operativas existentes para proseguir la guerra. Se trata de una reunión limitada para definir un plan que será presentado a finales de esta semana en una reunión de todo el gabinete.

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Netanyahu posiblemente trasladará la iniciativa a Donald Trump antes que a sus ministros. Confía en disponer del apoyo de Estados Unidos para llevarla a cabo, consciente de los riesgos que entraña. De hecho, su entorno afirma que el jefe del Gobierno hebreo no tomaría una decisión de tal calado sin haberla debatido antes con el presidente estadounidense, que en realidad es el único apoyo internacional de peso que le queda.

El enviado especial norteamericano, Steve Witkoff, visitó Gaza a finales de la semana pasada y regresó a consultas con Trump. En la Casa Blanca se ha abierto paso la propuesta del «todo o nada» frente a las negociaciones parciales vigentes hasta ahora; es decir, poner fin a los «acuerdos fragmentados» y reclamar la entrega de todos los rehenes de una sola vez.

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Después de los primeros canjes parciales, Trump está persuadido de que Hamás se niega a continuar este procedimiento, posiblemente por temor a «quedarse sin su escudo» humano, en palabras del propio presidente. Witkoff se reunió la semana pasada con las familias de los cautivos y les comunicó que había sido literalmente imposible pactar con la milicia un alto el fuego temporal a cambio de la liberación de once rehenes vivos. «No ha funcionado y eso que lo hemos intentado todo», dijo.

Lo que no está todavía claro es cómo el proyecto de la Casa Blanca de recuperar a todos los secuestrados encaja ahora mismo con los posibles planes de Netanyahu de ocupar completamente la Franja.

Tampoco ha sido definido el futuro de la ayuda humanitaría en caso de que el ejército invada el 25% del territorio gazatí que no tiene bajo su control. En este pedazo de tierra se levantan tres campamentos con más de 1,4 millones de personas y en ese escenario funcionan los únicos almacenes de reparto de ayuda humanitaria. Fuentes oficiales han explicado que la forma en que esta logística y las rutas de abastecimiento puedan mantenerse al margen de las operaciones militares será uno de los aspectos a tratar por el consejo de seguridad israelí.

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De momento, el Gobierno ha autorizado este martes a que los comerciantes locales puedan suministrar a los gazatíes alimentos básicos como comida para bebés, frutas y verduras, así como artículos de higiene. Los proovedores han sido elegidos por las autoridades israelíes y sometidos a exámenes de seguridad para evitar inflitraciones de militantes de Hamás, según el Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT). Todas las mercancías serán inspeccionadas en los cruces fronterizos y los pagos de las compras deberán hacerse obligatoriamente mediante «transferencias bancarias bajo un mecanismo de seguimiento y supervisión».

El COGAT considera que este dispositivo permitirá «aumentar la entrada de ayuda» a la Franja al margen de los propios operativos de la Fundación Humanitaria y de la ONU, al generar una red de pequeño comercio en los asentamientos civiles del sur. El organismo señala que esta actividad permitirá reducir además los exagerados precios que se pagan por los alimentos en el mercado actual, inasequibles para la mayoría de la población.

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Los planes del primer ministro

Netanyahu parece decidido a ocupar Gaza por completo y que los militares operen incluso en las zonas donde se supone que están secuestrados los rehenes, pese al evidente riesgo que entrañaría para sus vidas. Así lo anunció a últimas horas de la tarde de este lunes una fuente de su oficina a 'The Jerusalem Post', antes de añadir que la próxima estrategia bélica será anunciada hoy en el consejo de seguridad de su Gobierno.

Netanyahu se ha dado prisa. Se sabía que esta semana debía elegir entre la guerra total, como exige el ala ultraderechista de su gabinete, del que depende para sobrevivir políticamente, o dar una nueva oportunidad a la posibilidad de un acuerdo con los islamistas tras la última frustrada negociación en Doha. El jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, le había pedido estos últimos días que él y sus ministros decidieran qué rumbo debe tomar el ejército, una vez que la operación terrestre inicial, 'Carros de Gedeón', había invadido ya el 75% del territorio y estaba a punto de concluir.

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Zamir aconsejó al Ejecutivo que no emprendiera misiones que pusieran el peligro a los rehenes, pero dejó claro que la última palabra la tiene el Gobierno. Una fórmula también para que, si se decanta finalmente por la guerra total y los islamistas matan a los rehenes como han anunciado que harán, transferir toda la responsabilidad de sus muertes al primer ministro. Zamir alertó también de que el ejército está agotado después de una campaña tan larga en la que ha invadido el 75% de la Franja y que el nuevo esfuerzo de conquistar el 25% restante y combatir posiblemente hasta la muerte a Hamás pasarán factura a las tropas, aparte del coste psicológico y social en caso de que ningún rehén sobreviva.

El jefe del Gobierno repitió este lunes que sus objetivos consisten en derrotar a la milicia, liberar a los secuestrados y conseguir que el territorio gazatí «deje de ser una amenaza». A la vista de las grabaciones difundidas por Hamás sobre los secuestrados Rom Braslavsky y Evyatar David, los dos exhaustos, desnutridos, desesperados y uno de ellos cavando su propia tumba, Netanyahu ha expresado su convencimiento de que la milicia puede dejar agonizar a la veintena de cautivos vivos que todavía tiene atrapados. «Si no actuamos ahora, los rehenes morirán de hmbre y Gaza permanecerá bajo el control de Hamás», habría dicho a su gabinete, según el Canal 12. Nada ha señalado, por el contrario, de la orden impartida por la organización islamista a sus militantes relativa a que si las tropas se acercan a sus 'prisiones', maten a los secuestrados.

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El jefe del Gobierno, en un aparente ejercicio de mimetismo con sus socios de extrema derecha, parece secundar la idea de que Hamás no entregará a todos los secuestrados sin una «rendición total» de Israel; es decir, la retirada de todos los militares y una garantía internacional de que las Fuerzas de Defensa no retomarán las incursiones. Es la misma tesis que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expuso recientemente, cuando admitió sentirse «frustrado» por la ruptura de las negociaciones para un alto el fuego en Doha. El inquilino de la Casa Blanca dijo temer que los islamistas nunca entregarían a todos los cautivos porque se «quedarían sin escudo con el que negociar». Sus palabras fueron recibidas como un jarro de agua fría por las familias de los secuestrados.

«Al borde de la derrota»

«Nos escondemos tras una mentira que nosotros mismos creamos», dice la antigua cúpula de Defensa

En caída en libre

La hambruna y la crisis de los secuestrados dilapidan el crédito que Netanyahu logró al bombardear Irán

Precisamente, mientras este colectivo y buena parte de la sociedad israelí y la comunidad internacional le reclamaron este fin de semana que detenga el conflicto para salvar a los rehenes, Netanyahu le ha dado la vuelta al argumento. Su voluntad es estricta, según fuentes de su entorno. A la espera de lo que suceda hoy en el consejo, el recrudecimiento del conflicto pondría fin a la posibilidad de negociar una nueva tregua y abriría un nuevo capítulo dramático en la guerra en la Franja, con un riesgo incalculable ahora mismo para la supervivencia de la población gazatí. Más de 1,4 millones de civiles viven hacinados en el área donde pasaría a operar el ejército, justo cuando además comienza a entrar la ayuda humanitaria.

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La aparente decisión de ocupar todo el territorio gazatí se produjo al término de una jornada de reveses para el jefe del Gobierno. Minutos antes de que se filtrase esta información, el Tribunal Supremo ordenó paralizar el cese de la fiscal-jefe, aprobado en el Parlamento con los votos del partido gobernante y de sus socios. La fiscal, Gali Bahatav-Miara, es la jurista que ha imputado al primer ministro por corrupción y, de momento, no podrá ser apartada de su cargo.

'La Operación Carros de Gedeón llega a su fin, con los objetivos prometidos sin cumplirse'. El análisis principal de 'The Times of Israel' de este lunes, a cargo de Emanuel Fabián, tampoco resultó muy favorable al Ejecutivo. Describe la insatisfacción y el cansancio que vive la sociedad hebrea tras la última gran ofensiva en Gaza que, aparte de la muerte de miles de civiles, ha colocado a Israel en el escaparate de la infamia internacional por las imágenes de la hambruna y ha dejado irresuelta la crisis de los rehenes. El horror de los últimos vídeos de Hamás ha acelerado las exigencias para lograr la paz.

El primer ministro cada vez está más solo. Decenas de miles de israelíes se manifestaron este pasado fin de semana en su contra. El presidente de EE UU, al que hace dos semanas notificó que le había recomendado para el Nobel de la Paz, se ha mostrado estos últimos días menos amigo, disgustado por el rumbo que ha tomado la invasión y la imagen del sometimiento de la población a una hambruna medieval. Incluso le reprochó su falta de reacción.

El hombre de Irán ya no es nadie

Este lunes, más de mil artistas por un lado, y 550 antiguos mandos del ejército y las agencias de espionaje -entre ellos, 19 exefes del Estado Mayor-, además de numerosos cargos diplomáticos le criticaron con una contundencia sin precedentes. «Nos escondemos tras una mentira que nosotros mismos creamos», admite la antigua cúpula de Defensa, que insta al estadounidense Donald Trump a hacer todo lo posible por «parar esta guerra»

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A la luz de esta cascada de circunstancias, parece mentira que hace apenas mes y medio el primer ministro disfrutase de las mieles del éxito como no había conocido antes tras el bombardeo conjunto israelí-estadounidense contra el programa nuclear de Irán. Aquel triunfo no le costó una sola baja, le proporcionó un importante capital político, estrechó lazos con EE UU y le alzó como la espuma en las encuestas ciudadanas por haber protegido a Israel de la vieja amenaza del régimen de los ayatolás.

La hambruna en Gaza, su incapacidad para cerrar el canje de los rehenes y su impulso de una guerra tan larga -lo que muchos enmarcan como un ejercicio propio de salvamento politico- han dilapidado su crédito en una gran parte de Israel. Pero más aún en una comunidad internacional donde ha conseguido lo que no quería: reactivar el debate sobre el Estado palestino.

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