A la carcel por gritar "mucho" cuando tiene sexo

Según añade este diario, las quejas acabaron en el Ayuntamiento de la localidad y en un juicio que desembocó de la peor forma posible para Gemma: en la cárcel.

Durante el proceso juidicial un vecino aseguró que el 29 de enero a las cinco de la mañana «escuchó a Gemma que empezó a gritar tan alto que nos despertó. Los gritos se prolongaron durante 10 minutos». Otro testigo añadió que lo que ella hace «es sexo realmente ruidoso... Es difícil encontrar, incluso, la palabra para describirlo. La escuchaba tener sexo y mis hijos también. Solía encender la televisión cuando ocurría». Este vecino también añadió que en una ocasión «había un hombre aporreando su puerta y el hermano de este hombre estaba saliendo por la ventana trasera de Gemma al mismo tiempo».

Wale no acudió al juzgado por lo que la juez encargada del caso tuvo en cuenta «su falta de remordimiento por su comportamiento» y la condenó a dos semanas de prisión, que ya cumplió en su momento.