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Maxi intenta rebasar a Rui Silva, mientras le sigue Germán. EFE
La Crónica

Demasiado Valencia para un Granada agitado al final

Los rojiblancos, cansados y con graves errores de atención, caen ante un rival al que le salió casi todo bien y frente al que reaccionan tarde

Domingo, 21 de marzo 2021, 18:24

Mestalla seguirá siendo un terreno de arenas movedizas para el Granada, que se topó con una de las mejores versiones del Valencia en esta ... temporada. Casi todo le salió bien a los locales frente a unos rojiblancos erráticos hasta el tramo final, cuando comprometieron el triunfo che. Cansados tras el esfuerzo europeo, algunos de sus refrescos en la alineación anduvieron sin compás y contribuyeron a poco. Afloraron atrás errores de atención imperdonables en la élite, esa vulnerabilidad que parecía en camino de subsanarse en Liga y que se reprodujo con virulencia. Lo mejor del primer tiempo era el resultado, un mero 1-0 no demasiado acorde a las rotundas ocasiones del conjunto che. Cuando los nazaríes emprendieron cambios y parecían poder alterar el rumbo de los acontecimientos con más empaque, Machís, quien había ingresado de revulsivo, se lesionó y enseguida llegó un segundo tanto valencianista que dejó malheridos a los nazaríes. Soldado, en el añadido, avivó alguna esperanza, pero les faltaron tiempo y tacto.

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Los terribles datos como forastero del Granada se perpetúan. Encajar primero fuerza a reaccionar y eso le cuesta a este conjunto cuando las botas pesan tanto. El equipo llegó a los 46 partidos, superando el umbral de toda la temporada pasada. Un dato maratoniano que trae como consecuencia rotaciones entre encuentros, no por convicción, sino por necesidad. Cinco cambios emprendió Diego Martínez con respecto a la cita en Budapest. Entraba dentro de la lógica el ingreso de Quini, Fede Vico y Domingos Quina, tres de los no inscritos (Adrián Marín, ya no es noticia, cuenta poco como opción de titular), mientras que en el eje encajó Yan Eteki y en la punta Roberto Soldado, el goleador del Puskas Arena, con brazalete de capitán, como le gusta ante sus 'ex'. Siguió su racha, al menos.

Valencia

Cillessen; Correia, Diakhaby, Paulista, Gayà; Racic, Soler, Wass (Musah m. 87), Álex Blanco (Kang In, m. 79); Guedes (Manu Vallejo, m. 89) y Maxi Gómez.

2

-

1

Granada

Rui Silva; Quini, Germán, Domingos Duarte, Víctor Díaz; Yan Eteki (Gonalons, m 75), Yangel Herrera, Domingos Quina (Machís, m. 46; Jorge Molina, m. 64); Fede Vico (Montoro, m. 46), Kenedy (Antonio Puertas, m. 57) y Roberto Soldado.

  • GOLES 1-0, m. 4: Wass; 2-0, m. 66: Álex Blanco; 2-1, m. 90: Soldado.

  • ÁRBITRO Alberola Rojas (comité castellano-manchego): Amonestó a los visitantes Germán Sánchez (m. 33), Quini (m. 67) y Montoro (m. 95).

  • INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 28 de LaLiga Santander, disputado en el estadio de Mestalla, sin público en las gradas.

Ninguna de las novedades firmó una primera parte acorde. El Valencia, enrachado en su feudo, donde llega a las cuatro victorias seguidas, armonizó su juego desde los compases iniciales. Tocó y abrió mucho a Gayà, que es un factor influyente en todos los progresos de los suyos. Tras unos instantes de alternancia, llegó un avance con centro desde la zurda del capitán local ante el que irrumpió Wass sin tocar el timbre. El danés pilló cándido en la vigilancia a Víctor Díaz y poco atento a Eteki, que tardó en acudir al despeje en una zona en la que se anticipó el nórdico.

La secuencia recalcó el posicionamiento de Díaz en la izquierda, en una puesta de consolidación ante la baja de Carlos Neva y por el ostracismo de Adrián Marín por pura decisión técnica. Quini se ocupó de la derecha con Kenedy por delante, más amuermado que de costumbre por la falta de fuelle, por lo que a su menú de regates le faltaba el condimento fundamental.

Sin chispa, el Granada se quedó sometido ante el compás valencianista. Los anfitriones derramaron oportunidades claras para noquear a los rojiblancos. Otra fulgurante llegada de Gayà, con centro quirúrgico, lo estampó Álex Blanco ante Rui, al que le daban faena extra.

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Apenas había señales ofensivas en los visitantes y sí seguía el Valencia escarbando en pos de un tanto. Víctor Díaz se quitó de encima un esférico que permitió a Guedes otro disparo a quemarropa, pero su compatriota Rui siguió con movimientos de reptil. En el barullo lo intentó Racic, pero la resistencia no cedió, aunque se confirmó que había goteras por varios sitios.

Para colmo, Kenedy se llevó un susto en un resbalón aparatoso en el que pareció lesionarse. Aguantó, pero ya dejó pendiente a Darwin Machís, que se quedó calentando, pero en lugar de salir por él lo hizo en el entreacto por Fede Vico, perdido entre líneas. El venezolano es un reactor con queroseno de sobra pero las piezas aún mal ensambladas. Montoro sentó a Quina, que tampoco se supo aclimatar al enfrentamiento, con demasiadas pérdidas de balón. Se ha ido diluyendo desde sus prometedoras primeras actuaciones.

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Guedes enseñó una garra en la reanudación, pero enseguida se asentaron mejor los rojiblancos, con otros argumentos. Machís fijó atención en él y todos dieron un paso al frente, más erguidos. Puertas reemplazó a Kenedy y Soldado encontró su primer remate claro de la tarde. Pero la plantilla está al límite y se exhibió con el propio Machís, al que se le reprodujeron las molestias en el sóleo en teoría superadas. No hubo riesgo y Jorge Molina ingresó por el venezolano, que no duró ni 20 minutos, pero algo más se quebró en lo colectivo. La aparente mejoría del Granada se desvaneció y en una pugna en la que Guedes le ganó la partida a Herrera, el luso activó a Álex Blanco. Sacó el láser para anular la estirada de Rui.

Con 2-0 y para el arrastre, el Granada se quedó aturdido y el Valencia buscó más, pues pocas tardes tan redondas ha tenido esta temporada. Con Gonalons, los rojiblancos espabilaron y retomaron la manija por el centro y Herrera se dejó ver por la vanguardia, con un tiro y un remate comprometedores, pero sin hallar red.

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Una salida a por uvas de Rui Silva no terminó en diana de Maxi porque este golpeó el balón con flojera y a Víctor Díaz le dio tiempo a rebañarlo sobre la línea. El uruguayo se quedó con ganas en un contragolpe posterior, en el que pecó de egoísta.

Los candados cedieron en los minutos finales y casi lo aprovecha Quini tras un serpenteo de Puertas, pero el cordobés chutó fuera. Maxi se hizo mini ante Rui y el Granada sembró la emoción en uno de esos maravillosos muletazos de espalda de Molina para Soldado que el valenciano ejecutó con la frialdad del verdugo.

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Arrancaba la prolongación pero ya no dio lugar a que alumbraran algo nuevo para pujar por el empate. Fue otro de esos encuentros en los que el Granada se introduce tosiendo pero que acaba vitaminado, pues lo suelen concluir sus mejores nombres, preservados para Europa y que a la Liga llegan mermados. Es el precio de competir tanto, aunque no todas las veces el signo sea benigno. El parón de selecciones permitirá que se lama las heridas.

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